Los médicos de la policlínica de Kaeson, municipio Moranbong de la ciudad de Pyongyang, cumplen con su misión atendiendo con responsabilidad la salud de los miles de pobladores de su barrio.
O Yong Hwan (86 años) que vive en el barrio arriba mencionado habla: “La clave de que yo disfrute de una buena salud hasta hoy no se puede imaginar al margen de la devoción de nuestros médicos de la familia. Ellos que me visitan casi diariamente parecen ser mis hijos y nietos.”
A principios de junio pasado, la médica Je Yang Hui (39 años) recibió una llamada telefónica por parte de un habitante que pedía la visita de médico. Al llegar con urgencia al lugar, el enfermo viejo estaba en coma por hemorragia cerebral. Ella tomó inmediatamente las medidas de urgencia y lo trató toda la noche hasta que se mejorara su estado y se comunicó con un hospital especializado para transportarlo.
Kim Kwang Suk, jefa de sección, expresa: “El sistema zonal de medicina constituye un ventajoso régimen de control de la salud de los pobladores adecuado a la demanda esencial de la medicina preventiva socialista. Nosotros, los médicos de la familia, trabajamos con toda constancia y devoción a fin de que el beneficio médico del Estado llegue plenamente a los pobladores.”
En la RPDC, todos los ciudadanos tienen su propio libro de mantenimiento de la salud desde que nacen y reciben sistemáticamente el tratamiento por parte de los médicos de la familia. Cualquier persona, si se queda enferma, llama al médico de la familia y este realiza de forma planificada y regular el chequeo médico a los habitantes de la zona encargada.
La vitalidad de este sistema se manifiesta cada día más y todo esto se garantiza legalmente por el sistema de asistencia médica general gratuita.
Bajo el sistema sanitario socialista, en la RPDC se multiplica el número de longevos.