Postura del PTC ante el conflicto intercoreano.

El jefe del Departamento del Frente Unido del Comité Central del Partido del Trabajo de Corea, Jang Kum Chol, publicó el día 12 la siguiente declaración:

Quemada la casa, acudir con el agua. Este refrán coreano conviene a este caso: Chongwadae del Sur de Corea publicó el día 11 su posición con respecto al lanzamiento de volantes.

En el comité permanente del consejo de seguridad nacional convocado ese día, Chongwadae rompió por fin el silencio e hizo pública oficialmente la posición de calificar el lanzamiento de volantes anti-Norte (de Corea) de acto que contraviene evidentemente a la ley vigente, responder severamente a tal caso y observar todos los acuerdos logrados entre el Sur y el Norte.

Desde que estallara el incidente de dispersión de octavillas, Chongwadae se encontraba hasta ahora detrás del “Ministerio de Unificación” sin saber qué hacer.

Por fin, dio la cara exponiendo su posición como si tomara una “decisión muy resuelta”, hecho que nos inspira más duda que la confianza.

Sin embargo, nos surge la duda de que eso no será acaso una artimaña ideada por Chongwadae para salir de la crisis actual.

Es que resulta demasiado ligera tal actitud de remordimiento para expiar un pecado tan grande como ese.

¡Qué habladoras fueron hasta ahora las autoridades surcoreanas!

Solían decir cosas agradables congraciándose con toda la gente.

No se debe a la falta de palabras ni de promesas escritas el actual estado de las relaciones íntercoreanas.

La causa está en que las autoridades surcoreanas fueron inhábiles sin tener la voluntad ni el poder para implementar sus palabras y promesas.

Cuando están utilizando ahora a duras penas las leyes ya existentes, ellas no aprueban todavía la nueva anunciada por sí mismas. Entonces, ¿cuándo ella se pondrá en vigor y llegará a ser efectiva?

Si hubieran preocupado de veras el empeoramiento de las relaciones íntercoreanas, habrían instituido de sobra tales leyes durante el largo tiempo de dos años desde la adopción de la Declaración de Panmunjom.

En este momento también, los conservadores surcoreanos critican a voz en cuello a las autoridades hablando de la “actitud baja ante el Norte” y la “rendición y sumisión” mientras los desperdicios biológicos andan desesperados para volver a lanzar octavillas el 15 y el 25 de este mes.

No dejan de insultar y difamar atrevidamente la dignidad de nuestra Dirección Suprema.

Es una incógnita cómo se arreglarán las autoridades surcoreanas para convencer a su amo estropeador y controlar todos esos disentimientos que surgen en casa abogando por la “libertad de expresión”.

En estos tiempos, Chongwadae, el “Ministerio de Unificación” y hasta el partido gobernante se rasgan las vestiduras hablando de “acto del todo inútil” y “respuesta severa”, pero se limitan a anunciar que impedirían el lanzamiento de volantes por conducto de algunos polizontes. Entonces, nadie sabe si éstos podrán cumplir bien su papel, ya que son impotentes de ejercer ni la autoridad pública que se les ha concedido.

Aunque las autoridades surcoreanas hablan mucho como si hubieran reparado tarde el incidente, esto parece un estúpido hilvanado de palabras.

¿Quién haría caso a los que convierten en papel mojado hasta los acuerdos y declaraciones, firmados y anunciados solemnemente al mundo por el Norte y el Sur luego de prometer firmemente y elaborar esos documentos examinando cada letra?

Estarían muy equivocadas si las autoridades surcoreanas hubieran pensado en calmar con tal farsa barata a nuestro pueblo encolerizado y salirse por la tangente de la fea situación de hoy con su lengua ligera. En tal caso, eso sería otra burla a la RPDC.

A través del presente incidente, se hizo añicos la confianza que quisimos depositar con mucho trabajo en las autoridades surcoreanas.

¿Dónde habrán las personas tan elocuentes como los surcoreanos?

Ellos suelen decir fanfarronadas como si harían cosas grandes, pero de hecho no dan ni un paso adelante. No queremos tratarnos más con una contraparte como ellos.

El tiempo que pasará desde ahora será muy arrepentido y angustioso para las autoridades surcoreanas.