Las coreanas celebran significativamente el 113º aniversario del Día Internacional de la Mujer Trabajadora (8 de marzo).
Con motivo de esta fiesta, recuerdan con emoción los días pasados en que llevaron una vida digna en el regazo de los grandes hombres sin iguales.
Percatado de la posición y papel de las mujeres en el desarrollo de la revolución coreana, el Presidente Kim Il Sung organizó después de la liberación de Corea la Unión de Mujeres Democráticas de Corea y puso personalmente el título a una revista para la población femenina.
Bajo su sabia dirección, se promulgó en julio del 35 de la era Juche (1946) la ley de igualdad de derechos del hombre y la mujer.
Gracias a ese evento, las coreanas pudieron hacer aporte a la revolución, la construcción y el desarrollo social, ejerciendo los mismos derechos que los hombres y formarse como dignas dueñas y revolucionarias, encargadas de la mitad del proceso revolucionario.
El gran Líder hizo otorgar altas condecoraciones del Estado cuando las mujeres comunes realizaban algún mérito.
Por eso, ellas pudieron coronar con proezas, innovaciones y creaciones las décadas severas de la revolución.
El Dirigente Kim Jong Il publicó la obra “Las mujeres son las poderosas fuerzas que impulsan la revolución y la construcción” y otras clásicas donde indicó el rumbo a seguir por el movimiento femenino de Corea.
Se formó un gran contingente de revolucionarias bajo la atención solícita y confianza del Dirigente, quien nombró a las mujeres en los cargos importantes del partido, los organismos de la economía nacional y los de ciencia, educación, salud pública y otras ramas y entidades.
Hoy día, el estimado compañero Kim Jong Un continúa el noble propósito de los grandes Líderes antecesores sobre dicho movimiento.
El Secretario General del PTC presentó la guía programática a tomar por las coreanas en la nueva centuria del Juche y les condujo a vivir y trabajar como patriotas que trabajan con abnegación para construir una potencia socialista.
Bajo su atención solícita, se ofrecieron los conciertos solemnes en ocasión del 8 de marzo y se levantaron modernas bases de servicios médicos y de producción por doquier del país.
Hoy día, las féminas coreanas están dispuestas a dedicar toda su inteligencia y pasión por la prosperidad de la patria, conservando en el alma el gran afecto y confianza del Secretario General.