El hongo de pino crece en casi todos los pinares, excepto en los de zonas alpinas.
Desde la antigüedad, se usa en la vida alimentaria del pueblo coreano por su sabor y aroma peculiares y efectos medicinales.
Se transmiten desde el período de Coryo los datos antiguos de esa seta. Por ejemplo, el libro folclórico Phahanjip, publicado en 1260, contiene un verso sobre esa planta comestible.
Según la Crónica del Rey Sejong (1419-1450), más de 30 zonas del país fueron productoras del hongo de pino.
Tonguibogam (Guía de Medicina Oriental) transmite que es la mejor de las setas por su atributo agradable, sabor dulce y olor de pino.
Kim Ryo, poeta y erudito de principios del siglo XIX, escribió bien en su poesía Song-i el método de procesamiento del hongo de pino.
Umsikjimibang, Kyuhapchongso y otros libros también presentan decenas de platos hechos con la misma especie vegetal.
El hongo de pino y su aceite se usan también como especia e ingrediente medicinal.