Hace 48 años Ri Ho Jun derramaba las lágrimas en el podio mientras resonaba el “Himno Patriótico”.Participó en el tiro de carabina de pequeño calibre en los XX Juegos Olímpicos efectuados en agosto de 1972 en Munich de Alemania.
Él rompió el récord mundial y olímpico con la puntuación de 599 cuyo máximo posible era de 600.
En aquel entonces, las prensas extranjeras dieron a conocer esta noticia diciendo: “Fuera de alcance de la imaginación”, “Provocó una sensación sin precedente”, “Victoria contraria a los pronósticos”, “Extraordinario arte de tirar”, “Casi perfecto”, etc., y comentaron que mucha gente quedarían impactados por el relevante éxito del tirador coreano.
Ri Ho Jun nació en diciembre de 1946 en una familia obrera del distrito Pukchong de la provincia Hamgyong del Sur. Desde pequeño, él era tan travieso que fue llamado con el apodo de juguetón en su aldea. Pero, los aldeanos se sorprendieron al saber que se convirtió en tirador el cual necesita serenidad y un certero control psicológico.
Al principio, enfrentaba dificultades para habituarse al entrenamiento y de vez en cuando se le ocurrió la idea de seleccionar otra disciplina deportiva. Pero, se dedicó a los ejercicios con la ambición de superar a otros tiradores. Siempre planteó la alta meta de adiestramiento y se esforzó día y noche para alcanzarla.
En la primera página de su libreta está escrito: “El peso del sudor es el peso de la medalla de oro”.
Durante su carrera deportiva obtuvo 18 medallas incluyendo 15 de oro, y recibió el título de Deportista del Pueblo.
En el presente, Ri Ho Jun, primer medallista coreano en olimpiada, disfruta de una vida dichosa junto con sus hijos y nietos.