Era un día de primavera del 68 de la era Juche (1979).
El Presidente Kim Il Sung reveló a un funcionario su idea de levantar en Corea una estatua de bronce de Zhou Enlai, ex premier de la República Popular China.
Sugirió levantarla en la Fábrica de Abonos de Hungnam, donde en 1958, durante su visita a Hamhung, el premier Zhou Enlai había pronunciado un discurso ante los obreros, y recomendó que evocara aquel momento.
La construcción de la estatua y el monumento concluyó a fines de mayo del mismo año.
El Presidente llegó a Hamhung en compañía de Deng Yingchao, vicepresidenta del Comité Permanente de la Asamblea Nacional Popular de la RPCh, y asistió a la ceremonia de develación.
La viuda se sorprendió al ver la estatua de su marido en esa ciudad industrial del país vecino y la emoción le impidió contener las lágrimas.
En el verano de ese mismo año, durante el encuentro con el Presidente, un jefe de delegación china le dijo que los chinos se sentían muy conmovidos por el levantamiento de la estatua de su ex premier. El mandatario coreano expresó que era lógico haber levantado la estatua de Zhou Enlai, tanto por sus hazañas, como por los méritos que hizo trabajando por la amistad y la unidad de los pueblos coreano y chino, y que lo recordaba siempre hasta la fecha.