En toda su vida, el Presidente Kim Il Sung llevó a la práctica el ideario Iminwichon (considerar al pueblo como el cielo) tomándolo como su máxima de vida y plasmándolo en su pensamiento, dirección y acción.
Él mantuvo siempre el principio de poner los intereses del pueblo en el centro de todos los trabajos.
Y realizó incesantes visitas de orientación por la felicidad del pueblo.
Un día de enero de 1962 (Juche 51), visitó una fábrica de cuajadas de soja en el capitalino municipio Jung y se dirigió seguidamente a la entonces Fábrica de Tejidos de Punto para Niños de Pyongyang, donde estuvo varias horas para resolver los problemas pendientes en la producción y la administración de la planta.
Luego, recorrió la Hilandería de Pyongyang de aquel entonces.
Al ver en un taller las malas condiciones de trabajo, fijó el nuevo solar de la fábrica y enseñó el rumbo de su construcción.
Cuando propuso edificar hasta la casa cuna y jardín de infancia para las obreras, además del edificio productivo, un funcionario le dijo que sería una inversión demasiada para una fábrica de industria ligera en las difíciles condiciones financieras del país.
Entonces, el gran Líder le instruyó que no escatimara el dinero para los obreros y sacara la cuenta de gastos después de hacer todo lo posible para ellos.
Así, estuvo todo el día en el trayecto de visitas de orientación por el mejoramiento de las condiciones de vida poblacional.
Toda su vida fue la continuación de tales días y meses de abnegación.
Sobrepasa 578.000 kilómetros la distancia total de las guías sobre el terreno realizadas por el gran Líder popular desde la liberación del país en 1945 hasta el último período de su vida en 1994.