El estimado compañero Kim Jong Un, Secretario General del PTC y Presidente de Asuntos Estatales de la RPDC, participó el día 7 en el banquete por el 75º aniversario de la fundación del Ejército Popular de Corea y pronunció el siguiente discurso:
Compañeros Generales presentes aquí que son comandantes del heroico EPC:
En el día de hoy, acogemos el 75º aniversario de la fundación de nuestro ejército.
En la larga trayectoria de lucha de 27.395 días desde aquél en que repercutían los gritos por el nacimiento del EPC, este cuerpo armado vino escribiendo la epopeya de tradición orgullosa, victoria fulminante y honor excepcional.
Este momento en que rememoramos esa crónica orgullosa, nos vienen a la mente los nombres y rostros inolvidables de los oficiales y soldados del EPC de las generaciones antecesoras que velaron por mantener la continuidad de la vigorosa y victoriosa revolución coreana y hacer invencible y poderoso a nuestro Estado.
Igualmente, nos digna a pensar en todos los oficiales y soldados del EPC que este instante nocturno que nos llena de honor, se mantienen también de pie en los puestos del frente, fronteras y de otras misiones de combate y los campos de la construcción socialista en aras de la prosperidad eterna de la patria madre y la tranquilidad y felicidad del pueblo.
Por encargo de nuestro partido y gobierno, rindo homenaje a los mártires revolucionarios antijaponeses, los otros del EPC, los respetables veteranos de guerra y los fallecidos comandantes de las generaciones anteriores que prepararon el origen de la tradición de victoria a ser transmitida para siempre en la ardua historia de lucha de las fuerzas armadas revolucionarias.
Quisiera extender también cordiales felicitaciones a todos los compañeros oficiales y soldados del EPC y las fuerzas armadas de la RPDC, por conducto de los compañeros comandantes de diferentes niveles y generales reunidos aquí.
Agradezco de todo corazón y con mejores votos a todos los habitantes y esposas de oficiales que estimularon a sus queridos cónyuges e hijos a ocupar los puestos en defensa de la patria y contribuyen con toda sinceridad al incremento del potencial defensivo del país apoyando absolutamente la línea del PTC sobre la construcción de un ejército poderoso y su política de defensa nacional.
A continuación, el Secretario General dijo que no existe en este mundo otro ejército tan heroico, patriótico y fiel a su causa como el EPC, y agregó que todos conocen el servicio abnegado que prestan estas fuerzas armadas para defender la revolución coreana, sin vacilación alguna ante cualquier desafío severo.
Deseó que este día de fundación del EPC sea una oportunidad divina en que todos sus oficiales y soldados, que pasan siempre muchos trabajos, puedan celebrar su fiesta con toda dignidad, merecimiento y orgullo bajo la bendición de todo el pueblo, y prosiguió:
Compañeros Generales y los oficiales y soldados del EPC:
¿Con cuál dinámica avanza nuestra revolución más ardua que nunca?
¿Qué es lo que hace invencible a nuestro Estado?
¿Cómo se construyen nuestro ideal y nuestro futuro?
La respuesta en honor a la verdad y la evaluación más imparcial de la historia sobre todo eso están en cada página de la historia de 75 años de nuestro ejército.
Cuando recordamos cómo se defendieron nuestra causa revolucionaria y la idea y lineamiento de nuestro partido en los anales llenos de vientos y mareas y cómo nuestra bandera nacional flameaba en la cumbre de honor, revalidamos el inestimable valor de la sangre derramada por nuestros oficiales y soldados por la victoria y sus méritos innumerables.
Desde que fuera fundado, nuestro ejército dejó en claro su misión ingénita de compartir la vida y muerte con el Partido y emprendió la larga marcha ensangrentada por ser fiel a ella. Esto ha sido el factor principal que hizo inseparables la historia de construcción del EPC y la de la lucha del Partido, la revolución, la patria y el pueblo y convirtió los 75 años del EPC en la crónica más grandiosa.
Transcurrió en esta tierra la historia de la fuerza justa corroborando con victoria alcanzada con sangre la verdad de que la dignidad y el honor los tienen sólo los fuertes; la justeza de la causa revolucionaria será probada sólo cuando ésta triunfe; la autodefensa es garante de la independencia y autarquía.
El ejército del Partido, el pueblo, el Poder y de clase, que defiende y realiza todo lo más valioso e imprescindible para nuestro destino y futuro, y el cuerpo armado que se encarga primero de los trabajos duros sin temer el sacrificio, he aquí los nombres valiosos que obtuvo el EPC a costa de sangre y vida y debe mantener de siglo en siglo y generación tras generación.
Lo que apreciamos más que nada hoy día y nos pone orgullosos es la firme continuación de la tradición del ejército revolucionario del Partido y la historia de su fidelidad.
Aun en las circunstancias tan difíciles como ahora, el EPC hace galas de su poderío inagotable de fuerzas armadas del PTC y vanguardia de clase porque el espíritu rojo, la noble misión, la férrea disposición revolucionaria y la resistencia de vida o muerte, con que levantaba sus armas la primera generación de las fuerzas armadas revolucionarias, no se han cambiado ni un mínimo hasta hoy día en que la sucedieron las quinta y sexta.
La máxima gloria de la historia de 75 años del EPC está en la gran continuación que se hace más firme en el transcurso del tiempo y aún en medio de los vientos y mareas de la historia.
Aunque los comandantes y soldados de nueva generación, que forman ahora el grueso de nuestras fuerzas armadas, no han probado la severa guerra revolucionaria o el tiempo de duras pruebas de la revolución, ellos heredaron íntegramente la fidelidad absoluta típica del EPC y el temperamento de las generaciones antecesoras, que dedicaron la sangre, el sudor y hasta la vida, si los exigía la revolución. No me cabe ni la menor duda de ello.
No solamente en las trincheras del frente avanzado en que se enfrenta con armas al enemigo, sino también en todos los lugares de este país donde se engendran victorias y milagros legendarios, se encontraban siempre nuestros uniformados de moral elevada y flameaban sus estandartes rojos que testimonian su tradición de fidelidad y patriotismo.
Me pone reverencioso cada vez que veo a los militares del EPC que luchan indoblegablemente con la voluntad, que supera el límite espiritual y físico, en los campos de defensa de la soberanía nacional y del pueblo y por las creaciones de enorme dimensión.
Cada vez que el país se encaraba con alguna dificultad, llamé siempre primero a nuestro ejército, que tiene la noble concepción de vida de que es un honor tanto vivir como morir en el camino de cumplir las órdenes del partido compartiendo el mismo destino, y le asigné la tarea de lucha más grande, mientras que este cuerpo armado respondió siempre en el acto al llamamiento del partido.
Me proporciona la felicidad y honor más grandes cada vez que tomo la decisión de compartir la vida y muerte con nuestro ejército como comandante supremo de estas filas armadas tan excelentes.
Si bien en el largo tiempo desde el día de su fundación hasta la fecha cambiaron muchas cosas, incluso el panorama de nuestro ejército, no se ha cambiado la imagen fiel de éste que asume las responsabilidades tan importantes, de que son incapaces los otros, poniéndose siempre al frente de la revolución tanto en el tiempo severo como en el de paz.
Por ser grande tanto en su fundación como en su sucesión, nuestro ejército pudo conquistar el valioso título de la época y la historia; el más poderoso del mundo.
El estimado compañero Kim Jong Un dijo que lo imponente, gallardo, firme y fuerte, que se respira del EPC, es la cualidad propia de sus uniformados que parte del orgullo y dignidad excepcionales por ofrendar su vida a la causa más grande y servir con fusil a la obra más justa del mundo. Igualmente, -añadió- constituye una manifestación del potencial irrefrenable característico del EPC que se deriva de su extraordinario sentido de responsabilidad y voluntad superhumana consistentes en no doblegarse ni tumbarse antes de cumplir la misión asignada por el CC del Partido.
Prosiguió que el aspecto de nuestro Estado, que se hace más firme y poderoso en medio de los vientos y mareas y las dificultades, se refleja en el perfil de los militares en lucha y brillan los nombres de los heroicos oficiales y soldados en la cumbre de dignidad a que ha arribado el pueblo coreano.
Afirmó en tono orgulloso que aunque existen centenares de países en el mundo y no son pocos los ejércitos, que se jactan de su larga historia y tradición, el EPC es el único que comparte la vida y muerte en todo el trayecto de su desarrollo con el partido, la patria y el pueblo aportando más prestigio y grandeza a éstos y defendiendo su alto honor y futuro prometedor.
Hemos preparado por fin la fuerza formidable y absoluta resistiendo incontables sufrimientos y dolores por la paz eterna de la tierra patria, por la prosperidad y desarrollo genuinos y por todas las generaciones venideras, sentenció.
Nuestro ejército ha de marchar adelante contra las pruebas, levantando a lo más alto, como siempre, las consignas “¡Encarguémonos tanto de la defensa de la patria como de la construcción socialista!” y “Si el partido decide, lo cumplimos”, destacó y continuó:
Estoy seguro que ustedes lucharán con valentía, como de costumbre, ofrendando hasta la vida por lo que se ha inscrito en los estandartes gloriosos; Por la prosperidad eterna de la patria y la tranquilidad del pueblo.
Reafirmando mi voluntad de compartir siempre con ustedes la vida y muerte y las alegrías y penas, encomiendo a ustedes y al EPC la avanzada de la revolución.
Les pido a todos ustedes que tengan buena salud y se hagan los comandantes que sirvan con entera disposición para los militares.
Les encomiendo los oficiales y soldados de nuestro Ejército Popular.
Trabajemos mucho más con esfuerzos redoblados por el fortalecimiento y desarrollo de nuestro ejército y por la prosperidad de la patria socialista.
Deseo de todo corazón que se fomente el bienestar del pueblo y se tranquilice el país en lo proporcional a los esfuerzos que haya realizado el EPC.
Propongo un brindis por la salud de los compañeros generales presentes aquí, por la salud de los oficiales y soldados de todo el ejército, por la gloria del EPC y por la eternidad de su gran honor.
¡Viva el EPC, cuerpo armado heroico e invencible!