Los reaccionarios japoneses se ponen cada vez más obstinados en la usurpación de territorios ajenos.
Tras instituir el llamado “Día de Takeshima” (22 de febrero), Japón celebra anualmente el “acto conmemorativo” insistiendo en que es “territorio propio” el islote coreano Tok.
Esta farsa de los reaccionarios nipones constituye un grave desafío a la justicia y verdad de la historia, la violación flagrante de los derechos territoriales y la soberanía de la nación coreana y la abierta instigación a la agresión.
La insistencia injusta en el tema del islote Tok muestra que ellos están colmados de la ambición expansionista.
Sus acciones criminales para apoderarse del Tok se concretan en la enseñanza de la historia tergiversada a nuevas generaciones, la publicación de la carta azul diplomática y la blanca de defensa, que reflejan anualmente la insistencia en cuestión, y la insuflación de la conciencia agresiva mediante la “exposición de soberanía territorial”, etc.
Este año también, en su discurso diplomático ante la Dieta para exponer el rumbo principal de la política diplomática, el canciller japonés repitió su reclamo por la “posesión del islote Tok” evaluándolo de “posición principal” de Japón.
El objetivo de la escalada de acciones organizadas y planificadas para usurpar el islote Tok, que se cometen bajo el patrocinio del gobierno japonés, reside en inyectar persistentemente en su población el revanchismo y la fiebre de agresión con el embuste de que ése es “tierra perdida“, según la doctrina del fascismo de que “si repetimos cien veces una mentira, la aceptan finalmente como verdad“.
Asimismo, tratan de generar confusión en la opinión pública internacional bajo el rótulo de “litigio territorial” y lograr a toda costa su sucia ambición expansionista.
Como reconoce el mundo, el islote Tok es el eterno territorio de Corea, tanto en el sentido histórico y geográfico como en virtud del derecho internacional.
Los libros de historia y mapas coreanos como “Historia de Coryo” y “Libro de Geografía de la Crónica del Rey Sejong” comprueban que el Tok es el territorio inseparable de Corea y esto conviene totalmente al principio de primer hallazgo que es requisito del derecho internacional para la admisión de tierras.
Ya fueron probadas de sobra la absurdidad e ilegalidad del “Anuncio no.40 del departamento de Shimane” que presenta Japón como “prueba científica” de su insistencia.
Confirman evidentemente la posición legal del Tok una “guía de navegación” de Japón, que registra la decisión del gobierno de Edo adoptada en enero de 1696 reconociendo oficialmente el derecho de posesión de Corea sobre la isla Ullung y el Tok, el “mapa del Mar Este de Corea” redactado por el Ministerio de las Fuerzas Marítimas de Japón en 1876, los datos de historia de varios países y la “Declaración de El Cairo” y la “Declaración de Potsdam” y otros documentos publicados después de la Segunda Guerra Mundial.
El islote Tok es la tierra intocable heredada generación tras generación por la nación coreana en su larga historia de cinco milenios.
Esto es la justicia y verdad de la historia que no se puede negar ni tergiversar.
La realización regular de la farsa pueril para arrebatar el territorio coreano no dará otro resultado que adelantar el arruinamiento de Japón.
La historia de derrota en guerra del archipiélago japonés enseña la verdad de que la ambición imprudente termina con la ruina vergonzosa.
La voluntad de todos los coreanos de ajustar las cuentas finales con Japón pondrá punto final a la ambición territorial y de reagresión de este enemigo jurado.