El viceministro de Relaciones Exteriores encargado de las organizaciones internacionales de la RPDC, Kim Son Gyong, publicó el día 22 la siguiente declaración:
Según trascendidos, el secretario general de la ONU publicó la posición de acusar injustamente las contramedidas del carácter autodefensivo que ha tomado la RPDC frente a los peligrosos actos de amenaza militar de EE.UU. y el Sur de Corea.
Expreso gran disgusto y fuerte protesta al hecho de que el secretario general de la ONU, quien hacía vista gorda y se mantenía callado ante los preocupantes actos militares de EE.UU. y el Sur de Corea, asumiera una actitud sumamente injusta y desequilibrada de insultar como “provocación” y “amenaza” el ejercicio del legítimo derecho a la autodefensa de la RPDC en respuesta a los provocadores.
Ya le hemos aconsejado varias veces en la medida suficiente para comprender que cumpliera fielmente el deber correspondiente a su cargo, estipulado en la Carta de la ONU, y mantuviera el carácter justo e imparcial en el problema de la Península Coreana.
A pesar de eso, él sigue pronunciando año tras año los disparates ilógicos que no se difieren en nada de lo que dicen los funcionarios del Departamento de Estado de EE.UU., hecho que nos pone aturdidos y lamentosos.
La reciente reacción de las fuerzas armadas de la RPDC es una contramedida a la conducta de EE.UU. que amenazó gravemente con el Sur de Corea los intereses de seguridad de nuestro Estado, introduciendo frecuentemente desde el principio de este año en la región de la Península Coreana los medios de ataque estratégico con misión inalterable, tales como el bombardero estratégico. Por mejor decir, fue una advertencia de acción a la convocación de una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU para acusar sin ninguna razón nuestro derecho de autodefensa.
Si fuera secretario general de la ONU, debería ver correctamente el problema que causa el empeoramiento de la situación de la Península Coreana este año y, a base de esto, adoptar la actitud justa y equilibrada como presentar las propuestas constructivas que ayuden a estabilizar realmente la situación.
La causa de la reentrada de la situación de la Península Coreana en la vía de empeoramiento preocupante reside totalmente en la imprudencia militar y la bravura irresponsable de EE.UU. y el Sur de Corea que intentan doblegar con la fuerza a la RPDC.
La ONU, que debe cumplir el rol imparcial en el aseguramiento de la paz y seguridad del mundo, pierde la confianza de la sociedad internacional por ser mal empleada como aparato de ejecución de la ilegal política hostil anti-RPDC de EE.UU. Este hecho tiene que ver en parte también con el comportamiento injusto del mismo secretario general de la ONU, Guterres.
Él debe tener bien presente que su posición irrazonable y parcial sobre el asunto de la Península Coreana deviene el factor que instiga las acciones hostiles anti-RPDC de EE.UU. y sus satélites.
Dejo en claro que en el caso de que ocurra una circunstancia, que no desea nadie, en la Península Coreana, debido a la aventura militar de EE.UU. y el Sur de Corea que sobrepasa el límite, no podrá liberarse de la grave responsabilidad de ello el mismo secretario general de la ONU que no expresa ninguna preocupación siquiera, lejos de disuadir las locuras provocativas de aquéllos.