El estimado compañero Kim Jong Un, Secretario General del PTC y Presidente de Asuntos Estatales de la RPDC, se reunió el día 25 en la sede del Comité Central del Partido con los comandantes de las unidades de distintos niveles del Ejército Popular de Corea, participantes en las festividades del 90º aniversario de la fundación del Ejército Revolucionario Popular de Corea, para felicitarles cordialmente.
El Secretario General citó a los comandantes militares a la sede de actos festivos de abril y les dispensó una benevolencia inolvidable.
Los comandantes se encontraban muy jubilosos y emocionados por el momento de honor y felicidad, que recordarán en toda la vida y acogerán en el patio del Comité Central del Partido, Comandancia Suprema de la revolución, que defienden a costa de la vida los oficiales y soldados del Ejército Popular considerándola como la más sagrada en la cual confían su destino todos los habitantes del país.
Cuando el Secretario General llegó junto con su esposa Ri Sol Ju, estallaron estruendosas vivas hacia el invencible General de Acero y símbolo de poderío del Partido y el Estado que con la convicción del Paektu, coraje incomparable y liderazgo excepcional, manifiesta a todo el mundo la dignidad y el prestigio de la patria y propicia el esplendor del poderío estatal.
Él felicitó a los comandantes militares que acogen el 90º aniversario de la fundación del ERPC con el honor y dignidad de fortificar el baluarte en defensa de la revolución y la patria con el fusil de la revolución que les legaron los mártires antijaponeses.
La continuación de la revolución no es un simple cambio de generaciones, sino la continuidad del indoblegable espíritu de lucha, apuntó y agregó que las tradiciones revolucionarias del Paektu, creadas en el fragor de la lucha antijaponesa, sirven de fuente de la fuerza espiritual y combativa del EPC.
No tiene precedentes en la historia mundial de construcción de ejércitos, la trayectoria del EPC, fundado a partir de dos pistolas y desarrollado como el invencible y temible para cualquier enemigo poderoso del mundo, dijo y prosiguió que triunfará siempre el ejército revolucionario que mantiene con firmeza su gran tradición sin deformarse ante ninguna vicisitud.
Enseñando que nuestras fuerzas armadas revolucionarias deben ser fusiles y espadas rojos del Partido que defiendan la bandera roja, la idea roja y el régimen rojo, se retrató con sus queridos súbditos que desempeñan el papel medular en potenciar y desarrollar constantemente el Ejército Popular.
Acto seguido, los infantes paracaidistas descendieron al patio del Comité Central del Partido flameando la bandera nacional y los comandantes se tiraron fotos tomando como fondo la sede de esa instancia partidista.
En presencia del estimado compañero Kim Jong Un y Ri Sol Ju, se ofreció un banquete opíparo en el jardín de la sede, donde se daban muestras de afecto fraternal entre el líder y sus soldados, establecido en el trayecto combativo de cumplimiento de la gran empresa por el país próspero y el ejército poderoso.
Participaron en la recepción los miembros del Presidium del Buró Político del Comité Central del Partido, Jo Yong Won, Kim Tok Hun, Pak Jong Chon y Ri Pyong Chol junto con los comandantes.
Estuvieron presentes Ri Yong Gil, Kwon Yong Jin y Rim Kwang Il, cuadros directivos de las instituciones de fuerzas armadas, y O Il Jong y Kang Sun Nam, jefes de departamento del Comité Central del Partido.
Pronunció un discurso Pak Jong Chon, miembro del Presidium del Buró Político y secretario del Comité Central del Partido.
El orador felicitó a los participantes que celebran en la sede del Comité Central del Partido el histórico día de fundación de las primeras fuerzas armadas revolucionarias del pueblo coreano, y subrayó que en la historia de 90 años de ellas, iniciada en las selvas del Paektu y transcurrida siempre con victorias, brillan como estrella las nobles huellas de trabajo de los comandantes militares que vinieron apoyando con el heroico espíritu de lucha y notables méritos la dirección del gran General Insigne sobre el ejército.
Eran fieles y aguerridos todos los comandantes de las fuerzas armadas revolucionarias, desde los primeros directivos y generales veteranos de la Guerrilla Antijaponesa y los jefes héroes de la guerra antiyanqui, hasta los comandantes que realizaron méritos en la defensa y construcción del socialismo, recordó.
Los revolucionarios fervientes y generales intrépidos, crecidos en el regazo de los grandes líderes y generales insignes, defienden al frente la causa del Partido, impulsando fuertemente como miembro medular y locomotor el proceso de conversión de las fuerzas armadas revolucionarias en las de flor y nata, he aquí la ley de crecimiento y desarrollo propia del Ejército Popular de Corea, acotó.
El carácter especial de la revolución coreana, que acompaña el enfrentamiento permanente con las poderosas fuerzas imperialistas, pone de relieve la primera misión de las fuerzas armadas de la RPDC de garantizar con potencial militar el poder y el liderazgo del PTC, apuntó.
Aseveró que tanto en el período de lucha armada antijaponesa como en el presente en que se cuenta con las armas nucleares capaces de aniquilar a cualquier enemigo poderoso del globo terráqueo, no se cambia nunca la naturaleza de las fuerzas armadas revolucionarias que se hacen poderosas y salen victoriosas con la idea.
Puntualizó que cuando los miembros de mando, pilares del ejército revolucionario del partido, apoyen primero con absoluta fidelidad al Comité Central del Partido y preparen a todos los oficiales y soldados como los fuertes en la idea y convicción, serán invencibles nuestras fuerzas armadas revolucionarias.
Exhortó a todos los participantes a avanzar a pasos firmes por la empresa de construcción del ejército poderoso en la gran era de Kim Jong Un con el indoblegable espíritu con que se ha forjado la historia de la revolución coreana, luchando contra las pruebas y la muerte y con la inteligencia y audacia cultivadas en el regazo de los grandes hombres sin iguales, y a exaltar con armas revolucionarias el honor del Partido, el pueblo y el socialismo al estilo coreano.
Todos los participantes brindaron por la buena salud del estimado compañero Kim Jong Un, Secretario General del PTC y Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas de la RPDC, y por el Estado que prosperará sin falta junto con el desarrollo de las fuerzas armadas revolucionarias.
Los comandantes de las unidades de todos los niveles del EPC redoblaron la voluntad de cumplir con su misión y deber en fortalecer todo el ejército como primera tropa de choque y huestes de flor y nata que defienda a riesgo de la vida al Comité Central del Partido, conservando como la riqueza más valiosa de su vida el gran afecto y confianza del Comandante Supremo.