Actualmente, en la arena internacional se justifican la intervención en asuntos internos y las maniobras de agresión contra los Estados soberanos bajo el rótulo de la “defensa de los derechos humanos”. Esto es una burla y violación de los mismos que no se puede justificar de ninguna manera.
Los derechos humanos se garantizan por la soberanía de cada país y nación y no por la injerencia o instrucción ajenas.
La historia deja la seria lección de que si un país pierde su soberanía, no puede garantizar el derecho a la subsistencia de su pueblo, para no hablar de la libertad política, convirtiéndolo en víctima de la violación de los derechos humanos.
En el pasado la nación coreana se vio privada de su poder estatal por el imperio japonés y obligada a llevar una vida desgraciada como esclava colonizada. En el período de la ocupación militar de los imperialistas japoneses (1905-1945), fueron matados más de un millón de coreanos, arrestados unos 8,4 millones de jóvenes y adultos y sometidas a la esclavitud sexual más de 200 mujeres. Sin embargo, el pueblo coreano no pudo lamentarse de sus penas y desgracia que sufría.
La actual situación de varios países del Medio Oriente donde existen enfrentamientos, choques, terrorismo, círculo vicioso de la venganza, hambre, pobreza, gran número de refugiados, etc., comprueba que no son concebibles los derechos humanos al margen de la soberanía del país y la nación.
La independencia es la vida del país y la nación, y el derecho absoluto que no se puede quitarle. Tanto ayer como hoy, no existe el caso de que se aseguran los auténticos derechos del pueblo al margen de la independencia.
La RPD de Corea garantiza los verdaderos derechos humanos. Asegura mejores condiciones y ambiente a los trabajadores de acuerdo con su aspiración de ser sanos en lo físico y espiritual y disfrutar de una vida dichosa.
Toma medidas para el bienestar del pueblo como la de construir viviendas a expensas del Estado y darlas gratis a los habitantes, la de la asistencia médica y la enseñanza gratuitas. Por lo tanto, los coreanos dicen que su propia vida es el proceso para gozar de los derechos humanos.