Escrito en Naenara el 29 de abril de 2019
Pese al repudio y rechazo de los nacionales y extranjeros, EE.UU. y las autoridades surcoreanas llevan a la coyuntura desfavorable la situación de la Península Coreana y el resto de la región.
Como ya es conocido, EE.UU. y el círculo militar surcoreano libraron en marzo pasado los ejercicios bélicos “Tongmaeng (Alianza) 19-1” en lugar de “Key Resolve”.
Como si eso fuera poco, pretenden desarrollar en agosto “Tongmaeng 19-2”, versión renombrada de “Ulji Freedom Guardian”.
Tales actos provocadores infringen brutalmente los acuerdos de las históricas Cumbres Norte-Sur y RPDC-EE.UU. y contravienen al ambiente pacífico preparado a duras penas en la Península Coreana.
En la histórica Cumbre de Singapur, EE.UU. declaró oficialmente a todo el mundo que suspenderá los ejercicios bélicos conjuntos con el Sur de Corea, considerados como actos provocadores por la RPDC, mientras esté en curso el diálogo con ésta.
Las autoridades surcoreanas también lo aplaudieron y a través de los contactos con la parte connacional, sostenidos en varias ocasiones, prometieron tomar las medidas prácticas para la paz duradera y permanente de la Península Coreana.
Sin embargo, las fuerzas desleales de EE.UU. y el Sur de Corea justifican el carácter criminal de sus ejercicios conjuntos hablando de su “reducción” y “objetivo defensivo”, lo cual es una burla y desafío a la aspiración de los nacionales y extranjeros a la paz de la Península Coreana.
Sería una gran equivocación, si ellas piensan que podrían ocultar el carácter provocativo y agresivo de los ejercicios militares con el cambio de su nombre y la “reducción” de su dimensión.
La sociedad internacional opina unánimemente que se hará más fuerte la disposición militar de EE.UU. y el Sur de Corea, pese a la reducción de dimensión.
El Departamento de Defensa norteamericano recalcó que “a pesar de la regulación de los ejercicios militares combinados de gran envergadura, se mantendrá en el nivel anterior la disposición militar”, mientras las autoridades militares surcoreanas anunciaron que “ya que los ejercicios se libran a manera de simulacro computarizado, no es importante su dimensión y se aumentará su intensidad”.
Para colmo, en el marco de la maniobra “Tongmaeng 19-2” está programado el ejercicio de “contraataque”. Y el círculo militar surcoreano trata de incluir en el “proyecto de redistribución de las futuras fuerzas terrestres” la ampliación de su presencia militar a toda la extensión geográfica de la RPDC.
La realidad evidencia que los ejercicios conjuntos EE.UU.-Sur de Corea persiguen la agresión, siendo imperdonable acto hostil a la RPDC, contraparte del diálogo.
Observamos agudamente la actitud dual de EE.UU. y las autoridades surcoreanas que hablan de cara a cara de la “paz” y “diálogo” y, detrás de la cortina, siguen andando con la postura belicosa.
Ellos deberán actuar con control y paciencia teniendo presente que sus aventuras bélicas no traerán otro resultado que el arrepentimiento amargo y consecuencias catastróficas.