Declaración del Ministerio de Defensa Nacional

El jefe de la oficina de información del Ministerio de Defensa Nacional de la RPDC hizo pública el día 5 una declaración titulada “Provocadores no se pueden liberar de la responsabilidad de haber agravado la situación“.

El texto es el siguiente;

EE.UU. y la República de Corea agravan la tensión militar de la Península Coreana, desarrollando de manera sucesiva los ejercicios militares conjuntos de carácter agresivo.

Las fuerzas hostiles realizaron del día 19 al 29 de agosto el ejercicio militar conjunto “Ulji Freedom Shield“, cuya envergadura es nunca vista en la historia, movilizando más de 200 cazas de distintos tipos, las unidades de oposición a los ataques químico, biológico, radiactivo y nuclear de las fuerzas terrestres norteamericanas y hasta los ejércitos de los Estados seguidores de la “Comandancia de las Fuerzas de la ONU“.

Desde el 26 de agosto, libraron el entrenamiento combinado de desembarco “Sangryong” en que tomaron parte los efectivos de tamaño de división, más de 40 buques combativos, más de 80 aviones militares y medios blindados.

El hecho es la locura militar muy imprudente y peligrosa que toma como premisa la agresión abierta al territorio sagrado de nuestro Estado.

Por otra parte, los gángsteres militares de la RC desplegaron a principios del mes pasado un ejercicio de movilidad al aire libre de nivel de brigada, ubicando a 5 kilómetros del límite de nuestra frontera sureña tanques y otras armas de ataque.

Durante 2 meses últimos, los belicistas de EE.UU. y la RC armaron alborotos militares contra nuestro país en la tierra, mar y aire como el entrenamiento de operación especial con el objetivo de infiltrar en nuestra retaguardia y el “ejercicio de tiro de combate y movilidad de pequeñas unidades” en que participaron la división blindada nº 1 de EE.UU. y la brigada blindada nº 1 de las fuerzas terrestres títeres de la RC.

Tales maniobras militares anti-RPDC que desde los principios de este año se habían desarrollado ininterrumpidamente por las fuerzas hostiles, patentizan cuál es la  causa que agrava la situación de la Península Coreana e inestabiliza la seguridad de la región.

En este mundo no hay una zona donde se realizan de modo sucesivo los ejercicios militares conjuntos contra un Estado soberano, que llevan distintos rótulos como Freedom Shield, el entrenamiento general de formación combinada, el ejercicio combinado de infiltración aérea e Iron Mace.

Tales acciones reiteradas en la Península Coreana, que es la región más candente del mundo y está en un armisticio, agravan la tensión militar y llevan el ambiente de seguridad de la región a la coyuntura catastrófica irreversible, lo cual es un hecho consumado.

Las locuras de EE.UU. y sus acólitos que vulneran la paz y estabilidad regionales recurriéndose a la provocación militar unilateral, marchan a contrapelo del deseo por la paz de los Estados regionales soberanos e independientes, así que dejan saber el foco de provocación.

Mientras existan EE.UU. y la República de Corea fantoche, entes conflictivos y destructores de la paz, se perdurarán los alborotos militares de carácter provocativo, lo cual llevará la situación regional a la inestabilidad.

La actual situación nos enseña una vez más que la multiplicación de la capacidad de defensa de nuestro Estado y su aplicación ofensiva son el único remedio para neutralizar la peligrosidad de las maniobras militares de EE.UU. y la República de Corea títere y controlar la inestabilidad de la región.

Cuanto más se frecuentan tales ejercicios, tanto más redoblaremos la voluntad de defender la seguridad del Estado y la integridad de territorio apoyándose en las poderosas fuerzas autodefensivas y la extenderá al fortalecimiento de disuasivo que les obligará a las fuerzas agresoras a temer y titubear.

El Ejército Popular de Corea no tolerará nunca las locuras militares de EE.UU. y la República de Corea destinadas a destruir el ambiente de seguridad de la región de la Península Coreana y se valdrá de las fuerzas y acciones para salvaguardar la seguridad del Estado y la paz regional.

Las fuerzas hostiles no se pueden liberar de la responsabilidad de la agravación de la situación y pagarán el precio justo.