Kim Son Gyong, viceministro encargado de las organizaciones internacionales del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Popular Democrática de Corea, publicó el día 8 una declaración que sigue:
Tan pronto como fuera desintegrado el ilegal e intrigante aparato de sanción anti-RPDC que violaba y amenazaba la soberanía y el derecho a existencia de un Estado soberano abusando del nombre sagrado de la ONU, EE.UU. está realizando ingentes esfuerzos por fabricar su sustituto.
Hasta la fecha, EE.UU. viene fomentando el antagonismo y el conflicto, vulnerando seriamente el ambiente de seguridad de la Península Coreana y la región de Asia Oriental.
Por eso, resultan un acto erróneo y perjudicial, que disturba el orden principal de la paz y seguridad del mundo, sus pretensiones de fabricar el nuevo aparato criminal contra otra nación y Estado específico agrupando a las fuerzas reaccionarias de toda índole.
La conducta descarada de EE.UU., que por dentro, toma la ONU como aparato exclusivo para asegurar sus injustos intereses políticos y en el ámbito exterior, intenta poner en operación una entidad fantasmal que viola la autoridad de la ONU, es la causa principal que rompe la actual estructura internacional de seguridad política, fundamentada en el objetivo y principios de la Carta de la ONU.
EE.UU. intenta fabricar otro aparato de vigilancia de sanción bajo su control sin el menor arrepentimiento de su fracaso amargo en el Consejo de Seguridad de la ONU.
Esta conducta no es más que el ejemplo típico de egoísmo de ese país que se cree como ente supranacional por encima de la ley internacional.
Esto no es un problema que tiene que ver solo con la RPDC.
Si se tolera tal proceder de EE.UU., se hará una costumbre internacional la mala práctica de fabricar un ilegal e intrigante aparato contra un país e imponerle las sanciones unilaterales, lo cual sería un grave desafío para la sociedad internacional que aspira a la justicia e imparcialidad.
Condeno categóricamente esa práctica expresando la seria preocupación por las arbitrariedades de EE.UU. que esgrime a sus caprichos, el ilegal garrote de sanción contra la sociedad internacional, violando sin escrúpulos las reconocidas reglas principales que rigen las relaciones internacionales.
Si se toma en cuenta los antecedentes de EE.UU. que viene repitiendo solo fracasos por ser inferior en las fuerzas e ingenios en el enfrentamiento con la RPDC tanto en el plano militar como en el diplomático, sería la opción única y agónica del débil su actitud de tomar la sanción como medio vital.
Aunque EE.UU. fabrique cualquier aparato de sanción dentro y fuera de la ONU e imponga cualquier tipo de sanción por su conducto, no se permitirá ni un momento de estancamiento e inercia nuestra superioridad estratégica para defender los derechos soberanos del Estado.
La justa sociedad internacional no debe perdonar nunca la jugada de pandillero de EE.UU. que viola flagrantemente la soberanía y seguridad de un Estado soberano y la ley internacional, sino elevar las voces de condena unánime a los culpables verdaderos que destruyen la paz y estabilidad del mundo