La Fábrica de Fibras Químicas de Sinuiju produce la fibra lyocell con el junco como materia prima.
Quien perfeccionó la técnica de esta producción industrial es Kim Jong Bu, Doctor e investigador del Instituto de Fibras Químicas de la Academia Estatal de Ciencias.
Ya hace más de 20 años él tomó la decisión de sacar del junco la fibra artificial.
Cuando empezó la investigación de la fibra, trabajando como director de dicho Instituto, hubo quienes dudaban del éxito, porque él tenía más de 60 años de edad y necesitaba una técnica de punta, aquella invención, la primera en la historia del desarrollo de la fibra artificial mediante el uso de la pulpa del junco.
Por supuesto que él había logrado muchos éxitos en investigar fibras artificiales novedosas y tenía a la sazón pasada la edad de jubilación, por lo que no habría nadie que lo reprochara por no emprender el desarrollo de la tecnología de punta.
Pero Kim Jong Bu escogió el camino de investigación sin vacilación, porque para él no era novedosa la investigación referente a la fibra del junco.
Al graduarse de la Facultad Química del entonces Instituto Superior de Industria Ligera de Pyongyang en abril de 1963 (Juche 52) y ubicarse en la sala de investigación de fibras de un instituto, profundizó el estudio referente a la fibra del junco que hacía desde el tiempo universitario y al fin llegó a la conclusión de que se podría producir por hectárea más fibra en el juncal que en el algodonal y esto era muy útil desde el punto de vista económico para nuestro país en que está limitada la superficie de tierra cultivable.
En su mente, los juncales extensos ya se convertían en “campos de seda”.
Luego de regresar del distrito Sindo, mayor productor de juncal del país, de la provincia Phyong-an del Norte, se aplicó en investigar sobre fibras del junco.
Pero esto no era fácil como decir. El olor del reactivo le picaba la nariz y el gas anegó los ojos en lágrimas, pero nunca se retiró del aparato ni del tablero de ensayo. Fue cuando se paralizó la bomba durante el ensayo interrumpiendo el suministro del agua. Kim Jong Bu, sin hacer caso del frío cortante del invierno, entró en el pozo de 10 metros de profundidad ciñendo la cintura con una cuerda.
Un año después, al fin, empezó a producir la “seda del junco”.
Así dio el primer paso con éxito a los 20 años de edad y aun en el ocaso de la vida volvió a tomar el camino de la investigación científica.
No fueron pocos las abnegaciones y los esfuerzos que dedicó él a la investigación de la fibra lyocell. Los repetidos fracasos provocaron vacilación entre los integrantes del grupo investigativo, aunque fuera temporal.
Un día, cuando ellos se reunieron con algunos funcionarios y científicos de la industria química para debatir el problema de perspectiva de la industria de la fibra artificial, algunas personas dijeron que era inmadura la introducción de la fibra lyocell e insistieron en el anterior método de producción de fibras que contaba con ricas experiencias y firme base industrial. Kim Jong Bu refutó rotundamente en términos siguientes: -Debemos establecer una novedosa industria de la fibra artificial a nuestro estilo apoyada en el junco como materia prima, fuere lo que fuere.
Con este credo invariable, él resolvió junto con sus colegas los problemas científico-técnicos que se presentaban en la disolución, el hilado y los procesos posteriores de la fibra e inventó la fibra lyocell mediante el método de ensayo.
Además, llevó a éxito la fabricación de prototipo de la fibra en el proceso de ensayo intermedio.
Otro aporte que él dio al país fue la perfección de la industrialización de xylitol con uso del junco.
Kim Jong Bu es Científico Benemérito y benemérito patriótico socialista.