Discurso del Máximo Dirigente

En la recién clausurada conferencia de secretarios de célula del PTC, el Secretario General Kim Jong Un pronuncio este discurso:

Secretarios de célula:

La VI Conferencia de secretarios de célula del Partido del Trabajo de Corea, convocada para registrar una mejora decisiva en el fortalecimiento de las células del Partido, base y fundamento para la consolidación y la unidad de toda nuestra organización política, concluye su jornada tras haber alcanzado sus objetivos gracias al elevado entusiasmo político de todos sus participantes.

El cónclave analizó y revisó a fondo los aspectos positivos y negativos de las labores de las células y presentó sus actuales tareas importantes y las medidas prácticas encaminadas a elevar el papel de sus secretarios.

Por medio de él se han ratificado el significado y la importancia de fortalecer la célula para la mayor unidad y cohesión ideológicas y de voluntad en todo el Partido y el vigoroso desarrollo de la construcción socialista, así como se ha reafirmado la decisión de cumplir cabalmente nuestras inmediatas metas de lucha elevando su combatividad.

La reunión dejará huellas indelebles en la historia de la construcción de un partido autóctono por ser un encuentro significativo que ha enriquecido aun más la original idea de la construcción de sus organizaciones de base y haber indicado claramente las pautas de acción a los secretarios de célula de todo el Partido.

Secretarios de célula:

La idea esencial del presente evento es convertir a todas las células en agrupaciones sanas, pujantes y sólidamente unidas sobre la base del amor al hombre.

Aquella que carezca de una compacta unidad que se nutre del afecto humano jamás puede ser considerada una célula de hombres fieles al Partido.

Convertir todas las células en el colectivo compactamente unido con el amor humano es una condición sine qua non para el fortalecimiento de todo el Partido y una tarea de primer orden que urge su solución en los momentos actuales.

A este efecto, el Comité Central del Partido ha señalado en esta reunión las diez tareas de sus células y las doce cualidades fundamentales que deben poseer sus secretarios.

Estos últimos han de ser necesariamente pilares en el trabajo de convertir las células en una familia sustentada en ese sentimiento y para esto ustedes mismos tendrán que sufrir sin que otros lo sepan y superar adversidades más que nadie.

Les atañe educar y conducir constantemente a sus miembros con el afecto y la devoción de una madre que a toda hora presta atención a la vida y el crecimiento de sus hijos y los guía por un buen camino, de modo que sean combatientes fieles sin límites al Partido y la revolución y genuinos compañeros revolucionarios que profesan la misma idea y comparten los mismos sentimientos.

Solo así pueden hacer de la célula un colectivo compactamente unido con el amor humano y un destacamento que comparte las penas y las alegrías, vence las dificultades y cumple satisfactoriamente sus tareas revolucionarias.

A sus secretarios les incumbe orientar hábilmente las labores de la célula dirigidas a cumplir las tareas estratégicas presentadas por el Congreso del Partido.

Si ellos reavivan el espíritu de las masas con el enérgico trabajo político y abren el camino de avance a su frente, esto dará lugar a hechos admirables e innovaciones en todos los campos de batalla.

Cada palabra y acción de ellos que conviven siempre con las masas tienen un efecto inmediato en la psicología de la gente y ejercen una gran influencia sobre ella.

Les corresponde ser diestros políticos capaces de movilizar el espíritu de las masas con una fuerza poderosa que es la sinceridad.

Sabrán ser los primeros en emprender tareas difíciles y complicadas y serán vanguardias que crean siempre lo nuevo con una renovadora mentalidad y actitud ante el trabajo.

Secretarios de célula:

A través de este evento, ustedes se habrán percatado una vez más de la gran responsabilidad que asumen ante el Partido y la revolución.

Nuestro Partido se mantiene fuerte y firme no por su Secretario General, el buró político o el secretariado de su Comité Central, sino por las células del Partido, organizaciones de instancia más inferior y unidades directamente encargadas de materializar las líneas y políticas del Partido y por nuestros secretarios de célula que son sus responsables.

Los secretarios de célula, que laboran junto a las masas en los centros de producción donde se plasman los proyectos del Partido, son su guardia de corps y brigada de choque que cuando él avanza se ponen a la cabeza de las masas conduciéndolas a la lucha y lo defienden arriesgando la vida cuando él pasa por las pruebas, y en cualquier momento y lugar lo sostienen con firmeza y calladamente, con su sacrificio y lucha. Sin ellos no se pueden concebir las grandes transformaciones producidas por el Partido ni su trayecto victorioso.

Aunque no tienen ningún cargo, privilegio o remuneración que los diferencien de los demás, son piedras angulares del Partido y fidedignos abanderados y vanguardias de las grandiosas obras emprendidas por él. Por ello, son revolucionarios profesionales sin cargos especiales y héroes anónimos más loables que se abniegan por el Partido sin ninguna recompensa.

Por esta razón siempre siento por ellos una infinita gratitud y me he propuesto pedir una vez más a ustedes, nuestros militantes más selectos, que se esfuercen y trabajen más por nuestra revolución y Partido.

Secretarios de célula:

Múltiples obstáculos se interponen en nuestro camino y complican nuestro empeño por materializar la resolución del VIII Congreso del Partido.

Nuestro Partido jamás cree en que la suerte nos ayude a alcanzar las metas ambiciosas y hacer realidad los grandes ideales en el allanamiento del camino para nuestro pueblo y en el avance hacia el socialismo y el comunismo.

No abrigamos la esperanza en nadie. Solamente confiamos en los corazones de millones de militantes, en particular cientos de miles de los secretarios de célula.

Con el deseo de aliviar al máximo las penas y procurar los mejores beneficios materiales y culturales a nuestro pueblo que ha confiado y seguido al Partido como a su propia madre y ha padecido sufrimientos indescriptibles durante decenas de años, he resuelto que las agrupaciones partidistas a todos los niveles, comenzando con el Comité Central, y los secretarios de célula de todo el Partido realicen una marcha aún más penosa.

Nuestro pueblo llama madre al Partido y lo sigue invariable tanto en los momentos alegres como en las adversidades.

Este calificativo es un título de inestimable valor que no se le ha concedido más que a nuestro Partido. Es el máximo honor y la suprema gloria que no se puede comprar ni cambiar con nada del mundo.

Ha llegado el momento en que el Partido corresponda, al precio de la vida y a todo trance, a la gran confianza del pueblo que lo llama madre con toda naturalidad.

Para ello, debe ser su “servidor”, en el verdadero sentido de la palabra.

Secretarios de célula:

Aprovechando esta oportunidad, convoco una vez más a todos nuestros funcionarios partidistas y secretarios de célula a que nos esforcemos con el ánimo redoblado para ser dignos del afectuoso vocativo “madre” con que el pueblo llama al Partido y que es la fuente de su fuerza inagotable, el símbolo de su indestructibilidad, el título y la denominación que son propios de él.

Cuando los cientos de miles de secretarios de célula y otros funcionarios del Partido aglutinan firmemente a los militantes bajo la dirección del Comité Central y ponen de pleno manifiesto su lealtad, patriotismo y creatividad, nuestra revolución cosechará victoria tras victoria con el vigor multiplicado y el ideal comunista se realizará infaliblemente.

Plenamente convencido de que los participantes en la Conferencia y demás secretarios de célula de todo el Partido esculpirán en sus corazones su idea esencial y tareas, trabajarán con devoción por el fortalecimiento de las células y así contribuirán sustancialmente a la consolidación y la unidad de toda nuestra agrupación política, declaro clausurada la VI Conferencia de secretarios de célula del Partido del Trabajo de Corea.