Desfile militar por el VIII Congreso del PTC

Tuvo lugar por la noche del día 14 en la capitalina Plaza Kim Il Sung el desfile militar en homenaje al VIII Congreso del Partido del Trabajo de Corea.

Ocuparon el estrado de orquesta el conjunto instrumental del Comité de Estado y la banda militar central del Ministerio de Defensa, encargados de interpretar las músicas de la ocasión.

Entraron con gallardía en la plaza las columnas de desfile. Las escuadras de aviones también esperaban la orden de despegue.

En las avenidas contiguas estaban enfiladas las columnas motorizadas que manifestarán el poderío inagotable de las fuerzas armadas de la RPDC.

Salió a la tribuna de la plaza el Máximo Dirigente Kim Jong Un, Secretario General del Partido del Trabajo de Corea, Presidente del Comité de Estado de la República Popular Democrática de Corea y Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas de la RPDC.

Estallaron las estruendosas vivas y se lanzaron los fuegos artificiales adornando el cielo nocturno.

El Secretario General respondió cordialmente con su mano alzada a las aclamaciones de los participantes en el desfile militar y los espectadores.

Los niños entregaron ramos de flores al Secretario General y a los cuadros del Partido, el gobierno y el círculo militar.

Tomaron asientos en la tribuna Choe Ryong Hae, Jo Yong Won, Ri Pyong Chol y Kim Tok Hun.

También salieron a la tribuna los miembros del VIII órgano de dirección central del Partido y los comandantes del círculo militar.

Fueron invitados a la tribuna Kim Yong Nam, Choe Yong Rim, Yang Hyong Sop, Kim Ki Nam, Choe Thae Bok, Kim Kyong Ok, Ri Yong Mu y Pak Pong Ju, que trabajaron largo tiempo en el partido, el gobierno y el círculo militar.

Se distinguían en el área reservada para los invitados los participantes en el VIII Congreso del Partido y los huéspedes especiales.

Mientras se interpretaba la canción “Patria radiante”, se tiraron 21 salvas.

Hizo uso de la palabra el ministro de Defensa de la RPDC, Kim Jong Gwan.

Acto seguido, tuvo lugar la ceremonia de izada de la bandera nacional.

Todos los participantes rindieron homenaje hacia la enseña nacional.

El mariscal del EPC Pak Jong Chon, jefe del Estado Mayor General, informó al mariscal del EPC Ri Pyong Chol, vicepresidente de la Comisión Militar Central del Partido, que las unidades participantes en la parada están listas para ser revistadas.

Luego de pasar revista a ellas, Ri Pyong Chol informó con cortesía al Secretario General del PTC que está listo el desfile militar en saludo al VIII Congreso del Partido.

Al resonar la vigorosa música de marcha, comenzó el desfile encabezado por el coche de mando del mariscal Pak Jong Chon.

La escuadra de honor de caballería pasó a trotes vigorosos reflejando la férrea voluntad de los oficiales y soldados del EPC de proseguir la marcha de fidelidad y convicción por implementar la resolución del Congreso del Partido con el espíritu e ímpetu creados en la marcha a caballo del Comandante Supremo por el monte Paektu.

Marcharon las columnas de las unidades de corps enseñando que la primera misión de las fuerzas armadas revolucionarias es defender a riesgo de la vida al Comité Central del Partido.

Aparecieron en la plaza los bloques de los cuerpos de ejército no.1 y no. 2, reconocidos como la unidad primogénita del EPC y la natal de la consigna de “Uno contra ciento”, respectivamente.

Les siguieron el colectivo del cuerpo no. 4, que defiende el frente suroeste de la patria, y el del cuerpo no.5, el pilar del EPC, haciendo galas de sus estandartes coronados con méritos orgullosos.

Se desfilaron a pasos firmes las columnas de las fuerzas navales y de las aéreas y antiaéreas, seguidas de la de fuerzas armadas estratégicas que recibió efusivas aclamaciones de los espectadores.

Las filas de francotiradores terrestres, navales y aéreos y la de infantes ligeros demostraron el ímpetu invencible del poderoso ejército revolucionario, preparado para pelear uno contra cien enemigos en el regazo del General Insigne.

Aparecieron los bloques del cuerpo de artillería antiaérea y de los cuerpos no. 91 y no. 3, encargados de la defensa de Pyongyang, y otros que defienden como muralla de acero las costas y las fronteras de la patria.

Entraron en la plaza las columnas de unidades de tanques y de divisiones de infantería motorizada, la de infantería de montaña, la de exploradores, la de unidad de operaciones de perturbación electrónica, las de cada especialidad militar y la de unidad armada móvil de seguridad pública.

El Máximo Dirigente saludó cordialmente a las columnas en desfile.

Luego, comenzó el vuelo de desfile de los pilotos que dirigieron saludo militar al CC del Partido.

En pos de la escuadra de escolta, sobrevolaron la plaza los aviones de combate describiendo la insignia del Partido y el número “8” con fuegos artificiales.

El vuelo traducía el gran júbilo y emoción por haber coronado el VIII Congreso como otro acontecimiento político de especial importancia en el trayecto combativo del PTC.

Se inició la marcha de la columna de coches blindados, seguida de las motorizadas.

Avanzaron por la plaza las filas de cohetes tácticos de último modelo y de tanques principales.

Las columnas de cañones autopropulsados ultramodernos demostraron el nivel de desarrollo de la artillería de nuestro ejército.

Estremecieron la tierra los cohetes capaces de aniquilar de antemano fuera del territorio nacional a cualquier enemigo.

Pasaron seguidamente los armamentos de tipo jucheano manifestando de nuevo el gran poderío de nuestra industria bélica que dio su primer paso con la producción de fusil ametrallador después de la liberación de la patria.

Estallaron las aclamaciones al entrar en la plaza los cohetes balísticos estratégicos de lanzamiento subacuático, armamento más poderoso del mundo, haciendo gala del gran potencial de nuestras fuerzas armadas revolucionarias y de la inagotable fuerza del PTC que en el último lustro desde su Séptimo Congreso al Octavo, ha cumplido la gran empresa por la patria próspera y el ejército poderoso, anhelo de la historia nacional de cinco milenios.

Terminado el desfile militar, se lanzaron de nuevo los fuegos artificiales.

El Máximo Dirigente respondió cordialmente a las aclamaciones de la multitud.

Todos los participantes tomaron la decisión de marchar hasta el final por la única senda del socialismo al estilo coreano con el orgullo nacional de impulsar el proceso revolucionario bajo la guía del compañero Kim Jong Un y con la fe y optimismo del futuro maravilloso.