Crecen en el interior de Japón las voces de condena al gobierno actual.
Hace poco, una entidad civil del Departamento de Okinawa protestó fuertemente a las autoridades que intentan trasladar a Henoko la base aérea norteamericana en Futenma.
Cuando fue descubierta la cimentación blanda en las aguas frente al destino, el Ministerio de Defensa de Japón publicó el proyecto de enmienda al plan, según el cual se aumentarán notablemente el plazo de la obra de traslado de la base y sus gastos, y “solicitó” el 21 de abril al departamento de Okinawa la modificación del diseño.
Los miembros de la entidad civil exigieron la cancelación inmediata del plan expresando que el gobierno obliga la obra intolerable aprovechando el tiempo difícil para la conglomeración debido a la pandemia.
Para frenar el traslado, las autoridades departamentales de Okinawa expusieron también la posición de no aceptar la “solicitud” del Ministerio de Defensa mientras que un partido opositor municipal criticó al gobierno que sigue recurriendo a la política injusta.
Se traduce este hecho como una expresión de desilusión con los politiqueros, que se entregan sólo a la política antipopular obedeciendo a EEUU, y como una muestra de la preocupación de los habitantes japoneses sobre el futuro de su país.
Esos últimos desean que el gobierno tome el camino de paz verdadera liberándose de la actitud dependiente de las fuerzas foráneas.
Sin embargo, los reaccionarios japoneses se suman a las maniobras hegemónicas de su amo, que trata de convertir todo el archipiélago japonés incluyendo Okinawa en la base avanzada de agresión, sin hacer caso de las desgracias y sufrimientos del pueblo local.
El objetivo de la política traidora y servil a grandes potencias de los politiqueros japoneses reside en reproducir a toda costa la época imperial del pasado bajo el amparo de EEUU.
Hasta la fecha, los sucesivos gobernantes reaccionarios de Japón vinieron cubriendo enormes gastos necesarios para el acantonamiento de las tropas norteamericanas haciendo vista gorda de los crímenes cometidos por éstas.
En estos días, intentan encubrir hasta el accidente de fuga de mucha cantidad de sustancias tóxicas, ocurrido en la base de Futenma, defendiendo la posición de la parte de las fuerzas estadounidenses.
Obsesionado por el servilismo a grandes potencias y el militarismo, el poder de Abe sueña con hacerse “Japón fuerte” a cambio de la sumisión. Pero no se cambiará en nada el destino de Japón, convertido en esclavo y chivo expiatorio de la estrategia hegemónica de su superior gringo.
Produjeron grandes repercusiones en 2013 en ese país y la sociedad internacional la “teoría de derrota eterna” y la de “democracia del país dependiente”.
La subyugación y la derrota de Japón son la fatalidad que se ha buscado por sí mismo.
Es tan tenebroso el futuro de esa colonia miserable…
KCNA