La RPDC protege legalmente los derechos humanos a la familia.
El marido y la esposa tienen iguales derechos en la vida familiar. Mantienen invariables sus apellidos y nombres aun después del matrimonio. Son libres de elegir empleos de acuerdo con sus deseos y talentos y participan en las actividades socio políticas. Están obligados a cuidar a sus consortes incapacitados para trabajar.
Los hijos de una familia llevan el apellido paterno.
Nuestro país logra que los padres eduquen a sus hijos para formarlos como excelentes personas y estos amen y respeten a aquellos y cumplan fielmente su deber de atender con responsabilidad a ellos imposibilitados para el trabajo.
También procura que los abuelos críen y eduquen a sus nietos huérfanos para que lleven una vida sana y estos pongan cuidado en aquellos después de haber crecido.