Declaración del asesor del MINREX.

El asesor del Ministerio de Relaciones Exteriores de la RPDC, Kim Kye Gwan, hizo pública el día 11 la siguiente declaración:

Desde el comienzo del Año Nuevo, las autoridades surcoreanas se rasgan las vestiduras profiriendo que nos transmite con mucha urgencia el saludo de cumpleaños que envía el Presidente norteamericano a nuestro Presidente del Comité de Estado.

Ya hemos recibido directamente la carta personal del Presidente estadounidense que expresa su cortesía.

En cuanto a tal proceder frívolo de la parte surcoreana que no es nuestro miembro familiar, parece que le queda un hilo de esperanza de jugar el papel de “intermediaria” en las relaciones RPDC-EE.UU.

Trabar la amistad entre los mandatarios de estos dos países es algo natural en la diplomacia estatal. Pero, sería un poco atrevido que Corea del Sur se entremeta de manera inoportuna en sus relaciones amistosas.

Como reconoce todo el mundo, no se llevan mal ambos dignatarios.

Sería una estupidez tener la esperanza de que la RPDC pueda reiniciar las conversaciones con EE.UU. a partir de tal intimidad o pensar en preparar un ambiente en ese sentido.

Nos dejamos engañados por más de un año y medio y perdimos mucho tiempo en la mesa de diálogo con EE.UU.

Si el Presidente Kim Jong Un abriga un sentimiento grato hacia Trump, este debe ser “individual”, al pie de la letra. Como representante de nuestro Estado y sus intereses, él no discutirá los asuntos estatales instigado por el sentimiento privado.

Lo evidente es que nunca habrá el caso de que perdamos el tiempo como antes siendo embaucados por EE.UU.

No se repetirán las negociaciones de Vietnam en que propusimos cambiar las muy importantes instalaciones nucleares del país por el levantamiento de algunas sanciones de la ONU, con la intención de reducir, aunque fuera poco, los sufrimientos de los habitantes inocentes.

No necesitamos volver a entablar la negociación que nos impone las demandas unilaterales ni tenemos ganas de comerciar como mercaderes en la mesa de conversaciones.

La reanudación del diálogo con EE.UU. sería probable solamente con tal de que este país acepte todas nuestras demandas, pero conocemos bien que él no está dispuesto para esto ni puede hacerlo.

Conocemos bien nuestro camino a seguir y haremos lo que optamos.

Las autoridades surcoreanas deben abandonar su ilusión de que reanudemos las conversaciones, estando agradecidos por haber recibido el saludo de cumpleaños de alguien, y actuar con prudencia si no quieren caer en la idiotez de perder todo.