Hoy hace 113 años, el descarado imperialismo japonés inventó por la fuerza el “Tratado de 5 Puntos de Ulsa” para convertir a Corea en su colonia.
Para “concertarlo”, los imperialistas isleños movilizaron a sus ejércitos para bloquear hasta tres veces el palacio imperial de Seúl.
Luego, reunieron a los ministros coreanos en la sala de reuniones del gabinete y les obligaron a aprobar el “Tratado” mediante la amenaza y chantaje. Acto seguido, usurparon el sello oficial del entonces Ministerio de Relaciones Exteriores de Corea y lo estampó en el documento con sus propias manos.
Así que el “Tratado de 5 Puntos de Ulsa” no solamente es un fraudulento documento internacional que carece totalmente de las formalidades de documento: Ni hubo firma del emperador coreano, ni tan siquiera sello imperial legítimo.
El entonces emperador coreano, Gojong, envió en enero de 1906 a los jefes de Estado de la Rusia zarista, EEUU, Alemania y otros países las cartas personales en que había aclarado que no ha reconocido desde el principio ni ha sellado el “Tratado” concertado el 17 de noviembre de 1905 por el enviado japonés y el ministro de Relaciones Exteriores Pak Je Sun. Y en junio de 1907, despachó a 3 misioneros secretos a la II Conferencia Internacional para la Paz, en La Haya. Todo esto fue para revelar el carácter ilegal e inválido del mismo documento.
En el informe presentado en 1963 ante la Asamblea General de la ONU, la Comisión de la Ley Internacional de la ONU definió el “Tratado de 5 Puntos de Ulsa” como uno de los 4 pactos inválidos instaurados por la fuerza en el ámbito mundial.
El periódico italiano Il Manifesto transmitió que el “Tratado de 5 Puntos de Ulsa” es el documento falso más grande del mundo y criticó a Japón como bandido que inventa a su antojo hasta el tratado entre los países y tergiversa descaradamente la historia.
Fuente KCNA