Asesinato de la emperatriz Myongsong

El diario Rodong Sinmun publicó el día 9 un artículo revelando que en la historia de agresión ensangrentada a Corea por el imperialismo japonés, está registrado el asesinato a la emperatriz coreana Myongsong, conocido como incidente de Ulmi.

En la madrugada del 8 de octubre de 1895, asaltó el Palacio Kyongbok una horda de asesinos, compuesta por militares, policías y bribones japoneses y elementos armados projaponeses, etc., recuerda así el articulista y continúa:

Los invasores mataron indiscriminadamente a sablazos a todas las damas de la corte porque no era fácil reconocer a la emperatriz en medio de la confusión.

Entre las mujeres caídas, identificaron a la emperatriz Myongsong que se hallaba en agonía derramando mucha sangre y la quemaron sobre un montón de leñas, preparado de antemano en un pinar cercano.

Este asesinato bárbaro fue un crimen antitético de peor calaña, sin precedentes en la historia, de que son capaces solo los imperialistas japoneses.

Después del incidente, ellos recrudecieron más abiertamente sus acciones para colonizar a Corea y, al fin y al cabo, la ocuparon por medio de las fuerzas armadas.

Son tremendas las pérdidas humanas, materiales y mentales sufridas por el pueblo coreano durante el coloniaje japonés que duró más de 40 años.

Aunque pase mucho tiempo, el pueblo coreano nunca podrá desahogarse de tal rencor.

Sin embargo, Japón no reconoce, ni pide disculpas, ni indemniza sus crímenes horribles, diciendo cínicamente que el dominio colonial sobre Corea tuvo “validez legal“.

El pueblo coreano ajustará sin falta las cuentas finales de los crímenes antitéticos cometidos por los imperialistas japoneses durante la gobernación colonial sobre Corea.