Hace falta poner en pleno juego la fuerza espiritual de las masas para continuar hasta el VIII Congreso del Partido del Trabajo de Corea el tiempo de grandes victorias y saltos de la revolución que se acogió a cambio de lucha ardua.
Así señala el diario Rodong Sinmun en un artículo individual divulgado hoy y prosigue:
La fuerza espiritual de las masas es la madre de todos los milagros y la clave para abrir nueva era dorada de la construcción de una potencia socialista.
Lo más importante en movilizarla es elevar la eficiencia de la labor ideológica.
Hay que explicar en apego a las políticas del Partido y de manera convincente lo que quiere saber y escuchar la gente. Es como quien indica al que tiene la sed el lugar donde se puede tomar agua.
Los éxitos alcanzados a precio de sangre y sudor se extienden a la ofensiva estratégica o se reducen a la nada. Los funcionarios deben movilizar la fuerza espiritual de la multitud.
Todos los funcionarios deben cumplir con su responsabilidad y deber como directivos de la revolución para acoger significativamente el VIII Congreso del PTC.