La tradición de Corea

Se trata del apoyo en las propias fuerzas que sirve de gran fuerza motriz y bandera al pueblo coreano en su marcha general hacia las metas de la Estrategia Quinquenal para el Desarrollo de la Economía Nacional, presentadas por el Partido del Trabajo de Corea.

Echando la vista hacia atrás, a base de ese espíritu la revolución coreana avanzó a pasos agigantados sin la mínima pusilanimidad ni vacilación superando todo tipo de dificultades y pruebas de la historia.

Se puede citar como ejemplo la victoria que obtuvo el pueblo coreano en el siglo pasado en la lucha armada antijaponesa por la liberación de la patria dirigida por el Presidente Kim Il Sung.

Esta guerra fue un enfrentamiento de la fuerza contra el perverso imperialismo japonés armado hasta los dientes. Al comienzo, la guerrilla era incomparablemente mucho menos que su rival en el número de efectivos y no contaba con la retaguardia estatal que le pertrechara de armas ni tenía donde comprarlas o conseguirlas. En este contexto los guerrilleros, bajo la consigna de “¡El arma es como nuestra vida! ¡A las armas con las armas!” arrebataron a los enemigos de las armas. E incluso, prepararon talleres de reparación de armas en selvas de bosques milenarios y manufacturaron en ellos los cañones de madera y las bombas Yonguil con utensilios de herrería, mientras resolvieron por propia cuenta las vituallas, medicamentos y uniformes militares.

Con tal espíritu revolucionario los guerrilleros pudieron derrotar al imperialismo japonés aun en las pésimas condiciones sin precedentes en la historia de guerra mundial.

Lo mismo sucedió también durante la edificación de una nueva patria y la reconstrucción de posguerra, períodos en que todo se redujo a cenizas y el pueblo no tenía nada más que las manos vacías.

El pueblo coreano, en vez de pedir ayuda a otros, levantó con su propia fuerza las fábricas, escuelas, instituciones sanitarias y viviendas sobre las ruinas.

Sucedió en la década 60 del siglo pasado cuando la RPD de Corea presentó la meta de la construcción de un Estado industrial socialista para el asombro del mundo.

Los chovinistas de potencias, como si hicieran un “favor” a nuestro país, aconsejaron que desarrollara solo la agricultura y comprara sus máquinas en lugar de molestarse en realizar difíciles y duros trabajos de la industrialización. El pueblo coreano rechazó la sugerencia y, promovido por su indoblegable espíritu de que uno es dueño de su destino y la fuerza que lo forja proviene también de uno mismo, se levantó como un solo hombre y concluyó la industrialización en tan solo 14 años contra la fórmula ya existente de que la tarea requería de decenas cientos de años, convirtiendo así el atrasado Estado agrícola en otro industrial socialista.

No sólo cuando en la década de 1990 sufrió un gran duelo nacional y los imperialistas hablaban ruidosamente del derrumbamiento del socialismo sino también cuando ellos le amenazaban con la aplicación de cientos reglones de sanción junto con el bloqueo económico, siguió firme en su camino de la independencia, el del socialismo.

Estos años, en la RPDC se irguieron como brotes de bambú después de la lluvia muchas creaciones monumentales como el Palacio de las Ciencias y la Tecnología, el Hospital Oftalmológico Universal de Ryugyong, el Complejo de Piscinas de Recreación de Munsu, el Museo de Historia Natural, el Parque Zoológico Nacional, así como modernos repartos de viviendas incluyendo el de Científicos Mirae, el Ryomyong, el Changjon, y se remodelaron diversas fábricas y empresas conforme a la demanda del nuevo siglo.

El IV Pleno del Séptimo Período del Comité Central del Partido del Trabajo de Corea efectuado en abril pasado enfatizó la tarea de producir un gran viraje en la construcción socialista que marcha vertiginosamente con sus propias fuerzas, mediante la innovación continua y el avance ininterrumpido, a manera de batalla de sucesivas conquistas y a base dl espíritu y el estilo de lucha de apoyarse en la propia fuerza, medio omnipotente del desarrollo independiente y la prosperidad.

Todo el pueblo coreano se ha puesto de pie como un solo hombre para materializar las tareas del Pleno.

Por doquier libra con dinamismo la empresa de imprimirle por todos los medios el marcado carácter autóctono e independiente a la economía nacional. Se despliega una gran campaña de creación en las obras de construcción de gran envergadura en el distrito Samjiyon, la zona turística costera Wonsan-Kalma, la zona turística de fuente termal del distrito Yangdok de la provincia Phyong-an del Sur y la Central Hidroeléctrica de Tanchon, así como se registran prodigios e innovaciones que asombran al mundo en las fábricas, empresas y áreas rurales.

El espíritu revolucionario del apoyo en la propia fuerza del pueblo coreano, rebosante de un ardiente celo de remover el monte y rellenar el mar si lo desea el Partido engendra sorprendentes resultados.

De ahí que muchos extranjeros tras visitar Corea, comentan que este país es completamente distinto a lo propaga el Occidente, que lo que más asombra al mundo es que está construyendo majestuosas y modernas ciudades a pesar de la sanción y el bloqueo de decenas de años y que su clave está en el apoyo en sus propias fuerzas, que es el espíritu extraordinario del pueblo coreano que tiene, de no doblegarse ante múltiples adversidades.

Tanto ayer y hoy como mañana, este espíritu será la tradición eterna de Corea.