El jefe del Departamento del Frente Unido del Comité Central del Partido del Trabajo de Corea, Jang Kum Chol, publicó hoy la siguiente declaración:
El día 16, hemos destruido la Oficina Conjunta de Enlace Norte-Sur que se hallaba molestosamente en la Zona Industrial de Kaesong.
La perpleja Chongwadae (Casa Azul) convocó una reunión del consejo de seguridad y expuso la posición oficial de su resultado en que recurriendo a su costumbre desde hace tiempo, imputó la responsabilidad a otros y se atrevió a amenazar ridículamente a alguien.
He observado cómo las autoridades surcoreanas profirieron a ojos cerrados las retóricas agónicas para guardar el decoro tales como “expresar fuerte lástima”, “acción que defrauda la esperanza”, “el Norte es totalmente responsable de la situación”, “responder con contramedidas fuertes si (el Norte) toma de continuo las medidas que empeoran las circunstancias”, etc.
Parece que les resultó imprescindible mantener la honra esta vez, puesto que estuvieron cansadas y acosadas ante la reprimenda fuerte de nuestra parte por la tolerancia del reciente acto hostil anti-RPDC cometido por las basuras humanas y, para colmo, sufrió una avalancha de críticas en el interior de casa sobre su política que al decir de los críticos, es humillante y de bajeza y obediente a los mandatos del Norte.
¿Quién es el autor principal que convirtió en papeles mojados las declaraciones y acuerdos Norte-Sur hechos ante toda la nación y el mundo? Y ¡mira, quién está echando la culpa a otro!
Al ofender lo más sagrado de nuestra parte, ese provocador puso a nuestro pueblo tan encolerizado y llevó la situación a un callejón sin salida.
El mundo distingue muy bien al culpable principal que debe asumir la responsabilidad.
Si bien están pasando la mala ventura correspondiente a su pecado, las autoridades surcoreanas discuten con bajeza la responsabilidad del incidente en vez de arrepentirse. Ya que ellas insisten en echárnosla, la asumiremos con gusto porque aun en este caso, no tendremos nada que perder.
No tenemos ningún miedo a responsabilizarnos del caso porque no hay nada que sea implementado aunque se abran cien veces las conversiones con tal contraparte cobarde, frágil y de conducta repugnante y tampoco se ven buenas perspectivas de relaciones Norte-Sur
No queremos tratar más con las autoridades surcoreanas que asumen la actitud cada vez más sucia y repugnante.
Por eso, comenzamos a eliminar los espacios de contacto entre ambas partes.
No nos amilanamos ni un comino aunque asumamos la responsabilidad por la ruptura total de vínculos íntercoreanos.
También en vista de las ganancias y las pérdidas, no tenemos nada que perder.
Este tema le interesa sólo al mandatario surcoreano quien se ha enfrascado en la acumulación de méritos durante su mandato, porque no nos hemos tratado hasta ahora con la parte Sur para conseguir alguna ganancia.
Por lo tanto, no habrá en lo adelante ninguna forma de intercambio o cooperación con las autoridades surcoreanas.
Ni habrá siquiera la comunicación verbal.
Nos basta con pensar que todo lo ocurrido hasta ahora entre el Norte y el Sur fue un sueño vano.
Menos mal que hayamos confirmado una vez más a través del presente incidente que el enemigo sigue siendo lo mismo.
Se ha comprobado que fue mil veces justa la decisión resuelta que ya hemos tomado.