La paciencia con EEUU tiene un límite.

El embajador itinerante del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Popular Democrática de Corea, Kwon Jong Gun, publicó el día 6 la siguiente declaración:

Recientemente, el Departamento de Defensa de Estados Unidos anunció oficialmente que sigue los trámites necesarios para reanudar en diciembre los ejercicios aéreos combinados con el ejército surcoreano, que se han prometido cesar después de la Cumbre RPDC-EE.UU. en Singapur.

Al cabo de un mes después de la ruptura de las negociaciones de trabajo entre dos países sostenidas en Estocolmo, EE.UU. hizo pública el plan de entrenamiento militar, lo cual nos obliga explicar como una declaración de confrontación con nosotros.

En el momento tan agudo como ahora en que todo el mundo se preocupa por la perspectiva de las relaciones RPDC-EE.UU., el segundo país trata de librar abiertamente el simulacro contra el primero. La conducta del país norteamericano revela fehacientemente la naturaleza de perturbador de la paz y seguridad del mundo y país hegemónico que considera la fuerza militar como lo todopoderoso de la solución del problema.

La imprudencia militar de EE.UU. deviene un acto muy provocativo y peligroso que echa agua fría al ambiente del diálogo que va de mal en peor y fomenta el enfrentamiento en la Península Coreana y la región.

Nadie cree que se cambiará el carácter agresivo de la maniobra de guerra si altera el nombre del simulacro.

Ya hemos advertido en varias ocasiones que los ejercicios conjuntos militares podrán obstaculizar el avance de relaciones RPDC-EE.UU. y nos harán reconsiderar las importantes medidas tomadas anteriormente.

Nuestra paciencia se acerca al límite y nunca estaremos con brazos cruzados ante el insensato movimiento militar de EE.UU.