En la RPDC las mujeres, con igual derecho que los hombres, disfrutan de una vida independiente y creadora en todas las esferas de la sociedad.
Tienen el derecho a elegir o ser elegidas y se incorporan activamente a las labores estatales como dueñas del Poder popular.
Vienen ejerciendo el derecho a la elección desde la primera elección de los comités populares de las provincias, ciudades y distritos que tuvo lugar el 3 de noviembre de 1946.
El Estado les garantiza la libertad y derechos en las actividades socio-políticas, incluyendo la palabra, prensa, reunión y manifestación.
Todas las mujeres están incorporadas a las organizaciones políticas dirigidas por el Partido y el Estado y se esfuerzan para materializar las líneas y políticas del Gobierno de la República.
Muchas de ellas son funcionarias en los órganos partidistas y estatales y las organizaciones de trabajadores y sociales.
En el país se aplica la enseñanza gratuita a todas las mujeres al igual que los hombres.
El sistema de enseñanza obligatoria de 12 años y el de enseñanza para trabajadores establecidos en el país son accesibles para todos, incluyendo las mujeres.
De millones de intelectuales del país el número de mujeres técnicas y especialistas llega a más de un millón.
No solo las trabajadoras sino también las amas de casas que no trabajan se benefician del sistema de salud pública socialista.
Especialmente, se les ofrecen privilegios a las parturientas y bebés recién nacidos.
La moderna Casa de Maternidad de Pyongyang les da asistencia en el parto a base de los últimos logros científicos y técnicos y también las recupera de las enfermedades que ellas mismas no conocen.
El Instituto de Tumor Mamario de la Casa de Maternidad inaugurado el 8 de octubre de 2012, cuenta con varias salas de diagnosis y curación como las de roentgen, tratamiento de cáncer, fisioterapia, terapia por ultrasonidos y operación y decenas de salas de hospitalización.
También los hospitales acondicionados en las provincias, ciudades, distritos registran a todas las embarazadas de sus respectivas localidades, les ofrecen servicios médicos y ayuda para el parto y las cuidan con responsabilidad después del alumbramiento.
Gracias a los beneficios del régimen sanitario socialista, sigue aumentando la esperanza de vida de las mujeres.
El Estado toma las medidas especiales para proteger y apreciar a las mujeres en el trabajo.
Se prohíbe colocar a las mujeres en los sectores que afectan a su salud y no son apropiados a sus condiciones físicas, obligarles trabajos nocturnos a las embarazadas o las que tienen bebés lactantes, hacerles trabajar horas extras o en los días de descanso, enviar a las mujeres embarazadas durante más de 4 meses para el trabajo ambulante o viaje de negocio.
El Estado suministra gratuitamente los vestidos, mantas y alimentos a los trillizos nacidos y hace criarlos en los asilos de niños hasta que ellos lleguen a la edad de 4 años.
Permite que las trabajadoras con bebés de menos de un año tengan tiempo libre para amamantarlos en horas del trabajo y las embarazadas de 6 meses hagan trabajos menos difíciles hasta que tengan vacaciones antes y después del parto.
Los correspondientes órganos sanitarios realizan chequeos regulares para proteger la salud de las trabajadoras.
Por lo tanto, las mujeres coreanas participan en las actividades sociales sin ninguna preocupación en el régimen socialista, mientras gozan del amor y respeto en las familias y la sociedad.