Eterna tradición de victoria

En el momento de celebración solemne del 27 de julio, día de gran victoria en la guerra, registrado con letras doradas en los anales de la patria, todos los habitantes y los oficiales y soldados del Ejército Popular dirigen homenaje y felicitaciones a los defensores de la patria de la década de 1950 quienes son la generación más heroica y ejemplos de lucha indoblegable que invistieron de gloria eterna a la Corea poderosa.

Al igual que su nombre valioso, brillan la gesta legendaria y mérito excepcional de la generación triunfadora de guerra que al materializar a ultranza la idea y guía del líder, salvó el Estado, la nación y el futuro y defendió honrosamente la paz y seguridad de la humanidad sentando la base eterna del país próspero y el ejército poderoso.

La fuerza ideo-espiritual de esos combatientes valerosos del tiempo de guerra deviene el poderío irresistible que garantiza la victoria continua de la causa del Juche.

Cuando los sucesores se hacen más conscientes de su misión de dar firme continuidad al gran espíritu de defensa de la patria y la tradición de victoria, tuvo lugar el día 27 en esta capital el encuentro con la generación triunfadora por el 71º aniversario de la victoria en la Guerra de Liberación de la Patria.

En el Palacio de Deportes de Pyongyang, sede del acto, desbordaban el orgullo de la generación triunfadora, que ha preparado con su patriotismo, fidelidad y esfuerzos inagotables el patrimonio ideo-espiritual de la patria y el pueblo que será legado a toda la posteridad, el respeto de nuevas generaciones hacia los precursores de la revolución y el honor de todos los participantes por ser ciudadanos del país vencedor en la guerra.

Mientras resonaba la canción “27 de julio, día de la victoria“, los participantes acogieron con fuertes aplausos a los veteranos y ameritados del tiempo de guerra que entraban en la sede con las órdenes y medallas que testimonian el orgulloso mérito de haber derrotado al imperialismo norteamericano.

Asistió a la ocasión Kim Jong Un, Secretario General del PTC y Presidente de Asuntos Estatales de la RPDC.

A su llegada al Palacio de Deportes de Pyongyang, intercambió saludos cordiales con los veteranos de guerra que trabajaron largo tiempo en los cargos importantes del Partido, el gobierno y el círculo militar.

Cuando Kim Jong Un salió a la tribuna con los veteranos en medio de interpretación de la música de bienvenida, todos los participantes comenzaron a pronunciar vivas hacia él que significa la gran dignidad y fuerza del invencible PTC y la poderosa RPDC y bandera de todas las victorias y glorias.

Los niños entregaron ramos de flores al Secretario General y los veteranos.

Respondiendo a la aclamación de la multitud, Kim Jong Un extendió cálidas felicitaciones a los veteranos y habitantes de todo el país y los oficiales y soldados del EPC.

Estuvieron presentes en el acto los miembros del Presidium del Buró Político del CC del PTC y otros cuadros del Partido, gobierno y círculo militar junto con los participantes en las festividades de la efeméride, los funcionarios del CC del PTC, los oficiales y soldados del EPC, los directivos y ameritados de los ministerios, órganos centrales y esta capital, los matriculados de escuelas revolucionarias, los estudiantes y niños escolares.

Fueron invitados los representantes diplomáticos y miembros de las representaciones de varios países en Corea.

Se interpretó solemnemente el himno nacional de la RPDC.

Pronunció un discurso Ri Il Hwan, miembro del Buró Político y secretario del CC del PTC.

Por el encargo del estimado compañero Kim Jong Un, el Partido y el gobierno, felicitó cordialmente a los veteranos de guerra, todo el pueblo coreano y los uniformados del EPC, que celebran el día de victoria con gratos recuerdos y gran orgullo, y rindió homenaje a los soldados heroicos y mártires patrióticos caídos en la guerra sagrada en defensa de la patria.

Este encuentro significativo con los creadores y representantes de la gran historia en ocasión de la fiesta más valiosa para nuestra patria es un orgullo de nuestro Estado y pueblo y una fortuna de nuevas generaciones, dijo y continuó que es un honor para la generación actual el mismo hecho de que pudiera recordar no sólo con dolores sino también con honra aquella época dramática en que la guerra más terrible terminó con la victoria más grande.

Investido de tal honor, nuestro Estado pudo adquirir un potencial tremendo que caracteriza al país triunfador de guerra y el pueblo coreano consiguió el patrimonio espiritual que en los días ordinarios, no habría podido obtener ni darse cuenta ni con la lectura de miles de libros, expresó.

Diciendo que la defensa y creación de la historia de más de 70 años con el espíritu del tiempo de guerra constituyen una tradición orgullosa y característica de la revolución coreana, evaluó a los defensores de la patria de la década de 1950, que salvaguardaron honrosamente la gloriosa RPDC preparando el imperecedero espíritu heroico, de prototipos de patriota verdadero y revolucionario ferviente que deben ser elogiados y imitado por todas las generaciones venideras.

El festival de hoy marca la cumbre de gloria que ha preparado la generación triunfadora en la guerra junto con la otra de sucesores que cumplió con coraje su misión de defender esa victoria convirtiendo las décadas tan arduas como la guerra en el período de milagros y saltos legendarios, apuntó.

El espíritu de la generación vencedora es el eterno que nos convierte en el pueblo siempre poderoso y grandioso y, al continuarlo con firmeza, lograremos victorias más grandes y valiosas, afirmó y volvió a tributar sincero agradecimiento y saludo a los veteranos de guerra que dedicaron toda su alma por la historia de victorias, que continuará para siempre, y la prosperidad de la patria triunfadora.

En la ocasión se proyectó un video sobre las proezas y el espíritu de lucha de la generación vencedora.

La pasada guerra coreana, impuesta a la Corea recién fundada como país verdadero del pueblo en el Oriente, fue la materialización de la estrategia de hegemonía mundial del imperialismo norteamericano que perseguía esclavizar a la RPDC, Asia y, a la larga, toda la humanidad.

Esta confrontación con el prepotente caudillo de los imperialistas, que tenía una historia de guerras de agresión de más de cien años, fue demasiado desigual para nuestro Estado que entonces, llevaba apenas 2 años de fundación.

Las escenas del video mostraron la naturaleza verdadera de la guerra coreana impuesta por el imperialismo norteamericano como la de masacre en que fueron asesinados los civiles pacíficos que representaban casi un sexto de la población de la RPDC en aquel tiempo, cifra que supera mucho más el número de bajas entre los uniformados, y como la conflagración que causó resultados inimaginables de salvajismo, barbaridad y crueldad.

Se reprodujo en la mente de los veteranos y ameritados del tiempo de guerra aquel impulso de hace más de 70 años cuando se movilizaron en la resistencia a muerte de todo el pueblo por la historia a ser corregida sin falta y por el futuro de la potencia, que podían obtener sólo con la victoria, redoblando la dignidad indoblegable y misión solemne de probar que Corea no es ya un país débil y tampoco es endeble su pueblo.

El video dio cuenta que en esos rifles, que mataron a más enemigos con sus bayonetas que con balas en las batallas tan desiguales en lo numérico, estaban cargados toda la fuerza milagrosa y espíritu indoblegable que crearon la historia de gran victoria en la guerra.

Los participantes comprendieron lo que fue el espíritu de los triunfadores de guerra viendo por la pantalla a los soldados inscribiendo en una roca el juramento de fidelidad al líder antes de salir al combate de cuerpo a cuerpo, el otro con extremidades heridas apretando con mandíbula el disparador de la ametralladora pesada, los combatientes cubriendo con su cuerpo las aspilleras enemigas y la bandera nacional que flameaba en la cima de la cota ocupada a cambio de sangre y vida de los compañeros.

Las escenas históricas comprobaron que la retaguardia fue también un frente para el pueblo coreano, que luchaba entonces con el único deseo de ganar la guerra encarnando el cálido amor a la patria y el tremendo odio a los enemigos, y que se adelantó el día de victoria y se preparó la valiosa tradición a mantener y glorificar para siempre, gracias a muchos movimientos masivos como el de incorporación al frente, el de emulación por el aumento de producción en el tiempo de guerra, el de supertracción, el de aradoras, el de cosecha abundante y el de donación de arroz.

Todos los espectadores volvieron a constatar que la clave de victoria fue la sabia dirección del Presidente Kim Il Sung, quien condujo la guerra valiéndose de su extraordinaria idea y estrategia militares y métodos de combate y formó con gran amor y confianza a los hombres comunes como protagonistas de la época heroica, y la convicción de todos los habitantes y uniformados del EPC de que triunfarán sin falta si cuentan con él.

Las escenas sobre el aspecto majestuoso de la RPDC, que hoy día, defiende sus derechos e intereses y la paz verdadera con el potencial de autodefensa capaz de doblegar a cualquier enemigo poderoso, enseñaron a los que crecieron sin preocuparse de la guerra en este país poderoso el hecho de que es grandiosa la historia de victoria en la guerra, pero es más sagrada la de su defensa y continuación.

Los ramos de flores dedicados a los veteranos de guerra por sus descendientes fueron una expresión de respeto y veneración a ellos que trabajaron con abnegación durante toda su vida por la victoria y por la gran potencia en que se haya hecho realidad el anhelo de sus compañeros de armas.

Todos los participantes redoblaron la voluntad de continuar eternamente la gloriosa tradición de victorias al apoyar con total entrega la idea y dirección del Comité Central del Partido que hace más segura y sólida la supremacía militar por el porvenir eterno de la revolución y la nación.

Pronunciaron palabras de juramento el coronel de fuerzas terrestres Ri Un Ryong y el capitán de corbeta Yu Kyong Song.

Los oradores expresaron sus impresiones de lo que han recordado por la pantalla los días encarnizados de la guerra, o sea, el momento fatal que tuvo que vivir la generación triunfadora, y prosiguieron que la bravura y méritos de numerosos soldados heroicos, que lograron el día de victoria, 27 de julio, les ponen más conscientes de su misión de defender la patria.

Gracias al espíritu revolucionario y méritos indelebles de la generación vencedora que convirtió en el periodo más orgulloso la década fatal que estuvo a punto de terminar en una tragedia, nuestras fuerzas armadas revolucionarias se dotaron de extraordinaria audacia, fuerza y dignidad con que se sienten seguras de su victoria sobre cualquier enemigo poderoso, apuntaron.

Exhibiendo gran odio a los imperialistas norteamericanos y los gángsteres militares de la República de Corea fantoche que en este momento también, andan desesperados para provocar la guerra nuclear desde más allá de la frontera sur de la RPDC, expresaron la voluntad de abundar la gesta de las unidades guardias, que en el tiempo de guerra, acumularon relevantes méritos desatando pánico a los enemigos, y el mito de la historia mundial de batallas navales, creado por los marineros del EPC al hundir con sólo 4 torpederos el crucero pesado de las fuerzas navales de EE.UU.

Los oradores juraron solemnemente ante el estimado compañero Kim Jong Un, el Partido y el Estado que serán defensores valientes del poder estatal, la integridad territorial y el mar jurisdiccional teniendo presente el propósito de toda la vida de los veteranos y su encomienda y exterminarán con un ataque aplastante a los enemigos en cualquier momento en que fuera dada la orden del Comandante Supremo, al consolidar por todos los medios la capacidad de respuesta a la guerra y la combatividad.

Terminado el encuentro, volvieron a estallar las aclamaciones.

Kim Jong Un formuló votos por la salud y longevidad de todos los veteranos que llevaron una vida excelente luchando con abnegación por la prosperidad de la querida patria y la felicidad de los descendientes.

Saludó largo rato a todos los reunidos esperando que ellos continuaran firmemente el espíritu de la generación vencedora conservando en el alma la dignidad y honor de ser ciudadanos del país triunfador en la guerra.

Todos los participantes se pusieron muy conmovidos ante la noble obligación moral revolucionaria y la camaradería de Kim Jong Un por los veteranos de guerra.

Este encuentro devino una ocasión significativa que ha multiplicado la fe, ánimo, pasión y empeño de todos los habitantes y militares del EPC por continuar con firmeza y glorificar para siempre bajo la dirección del gran CC del PTC la historia y tradición de victoria sagrada y cumplir sin falta la gran empresa por el país próspero y el ejército poderoso, que anhelaba la generación triunfadora.