Sucedió un día de mayo de hace 80 años cuando el grueso del Ejército Revolucionario Popular de Corea, al mando del General Kim Il Sung, se dirigía hacia la zona de Musan del territorio patrio.
Al darse cuenta de que la guerrilla cruzó una zona fronteriza, el imperio nipón se preparaba para cercarlo con la guarnición fronteriza, la policía y otros grandes efectivos de combate. Frente a esto, el General trazó una táctica para escabullirse sigilosamente del asedio enemigo, la de marchar por la carretera Kapsan-Musan para la guarnición fronteriza.
Era una ruta de emergencia de 120 km de largo construida por ese imperio para movilizar bruscamente sus fuerzas de “castigo” con medios móviles en el caso de la aparición del ERPC en el interior de la patria. Por ser recién inaugurada estaba prohibido el tránsito de la gente.
Kim Il Sung explicó a los comandantes el propósito táctico de su proyecto y las posibilidades de su ejecución, diciendo:
“La actitud que ustedes adoptan aquí es prueba de que podemos marchar en pleno día por la carretera de vigilancia Kapsan-Musan. Ustedes han quedado aturdidos al escuchar lo que dije al respecto.
Tampoco los enemigos se imaginarán que una gran unidad del ERPC desfila en pleno día por esa carretera que ellos hicieron especialmente para vigilarnos. He aquí, precisamente, la posible garantía de esta marcha. En improvisar con valentía lo que los enemigos consideran imposible consiste la garantía táctica para hacerlo realidad.”
El día 21, el ERPC hizo de día una marcha audaz de 100 ríes (unos 50 km) por esa carretera, valiéndose de la táctica de caminar sin detenerse, y vivaqueó en Mupho, a la orilla del río Tuman. Días después, logró una brillante victoria en la batalla de la zona de Musan.
El Imperio Japonés se lamentó del caso catalogándolo de “algo inaudito”.