Los coreanos festejaron con la mayor pomposidad e importancia el Año Nuevo lunar, festividad conocida como Solmyongjol
Todos hacían bien sus preparativos. Remozaban el interior y el exterior de la casa, pegaban dibujos en las paredes, hacían nuevas ropas y comidas exquisitas.
En el día de la fiesta, desde muy temprano hacían reverencia de felicitación a los mayores de edad, compartían manjares junto con los vecinos y pasaban el día con alegría divirtiéndose con juegos folclóricos.
Según su costumbre, la comida indispensable para el Año Nuevo era tokkuk, rebanadas delgadas de pastel de arroz hervidas en caldo de pasta de soya.
Preferían, además de tok, la tortilla de lenteja verde.
El juego folclórico más masivo fue el yut, y los niños se divertían con trineo y juego de la cometa.