El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de la RPDC hizo pública el día 19 la declaración titulada “La RPDC no se limitará a las restricciones en defender y ejercer sus derechos legítimos atribuidos como Estado soberano“.
Su texto es el siguiente:
Hace poco, EE.UU. se enfrascó junto con los países miembros de G7, la República de Corea, Australia, Nueva Zelanda y la Unión Europea en crear el ambiente internacional de sanción y presión anti-RPDC publicando una “declaración conjunta” que tergiversa y calumnia la esencia de las relaciones normales de colaboración entre la RPDC y la Federación Rusa.
Tal conducta hostil deviene una gran amenaza que carcome el fundamento de la paz y seguridad internacionales por encima del carácter simple de la provocación política que viola flagrantemente la autonomía de los Estados soberanos.
El MINREX de la RPDC expresa seria preocupación y protesta a los actos provocativos de EE.UU. y sus acólitos, convertidos en los gángsteres que violan a su capricho con la pauta basada en sus ilegítimos intereses hegemónicos a los reconocidos principios de las leyes internacionales con la igualdad de soberanía y la no intervención en los asuntos internos como su núcleo, y los rechaza más categóricamente.
Hoy día, reviste el carácter prolongado la guerra de Ucrania y se torna más vulnerable la situación de seguridad de las regiones de Europa y Asia Pacífico, los cuales se deben al hábito erróneo de EE.UU. y el Occidente que se aferran más que nunca a la línea militar destructiva de estructura, hegemónica y aventurera y a la política chovinista de alianza.
Merece observar con atención a quién es provechosa o no la “herencia diplomática” que ha dejado la actual administración norteamericana en agonía retirándose deshonrosamente de la escena de la historia.
La reacción automática de las fuerzas hostiles sobre las relaciones Corea-Rusia evidencia que los nexos de cooperación fortalecidos entre los Estados soberanos independientes son muy efectivos para retener la expansión de las fuerzas de EE.UU. y el Occidente y mantener el equilibrio de las fuerzas necesarias a la preservación de la paz y seguridad mundiales.
El proceder amenazador de EE.UU. y sus satélites, que causan en todas partes del mundo la inestabilidad y caos para satisfacer su ambición geopolítica ilegítima, hace añadir la justificación y fuerzas motrices adicionales al fortalecimiento de nuestro poderío nacional para garantizar con más seguro la estabilidad estatal y la paz mundial.
Mientras se obstina en el guión anacrónico despreciando la realidad cambiada, el país americano repetirá los fracasos en tratar con la RPDC y se enfrontará con nuevos asuntos problemáticos.
No puede recibir nuestra bienvenida la conducta irrazonable de algunos Estados occidentales que no tienen la mínima cortesía elemental en las relaciones interestatales acostumbrándose a sentir la satisfacción en los intereses incidentales originados por la sumisión ciega a EE.UU.
La RPDC no se limitará a las restricciones en defender cabalmente y ejercer sus derechos legítimos atribuidos como Estado soberano y seguirá esforzándose por preservar la paz y seguridad de la región y del mundo