El jefe de la oficina de información exterior de la Dirección de Información del MINREX de la RPDC hizo pública el día 22 una declaración titulada “Mantener con firmeza el equilibrio militar es la condición primordial para garantizar la paz y estabilidad“.
Su texto completo sigue:
Cuando están en marcha los ejercicios militares conjuntos de gran envergadura EE.UU.-República de Corea, Ulji Freedom Shield, el Departamento de Estado de EE.UU. aprobó la venta de 36 helicópteros de ataque AH-64E Apache y sus accesorios a la RC.
El círculo militar norteamericano expuso la posición contradictoria de que esa venta elevará la capacidad militar de la RC, pero no cambiará el equilibrio militar fundamental de la región.
Los medios de prensa y los especialistas enfocan la atención en las influencias que ejercerá la venta sobre la situación de seguridad de la Península Coreana, opinando que en el caso de llevarla a cabo, se desplegarán nuevamente en la RC los helicópteros de ataque y se mejorarán igualmente las propiedades de los Apaches comprados de EE.UU. y emplazados para la operación en 2017.
Rechazamos categóricamente el aumento de fuerzas armadas de EE.UU. y sus satélites, que crea un peligro grave para el ambiente de seguridad de la región y exacerba la tensión militar, y advertimos en serio sobre sus consecuencias.
El incremento de fuerzas armadas de una parte contra la otra, aunque sea en gran medida o en pequeña escala, dará impactos en la situación político-militar de la región.
Además, EE.UU. publicó la venta de medios de ataque a la RC cuando se torna más aguda la tensión político-militar en la Península Coreana debido al inicio de los ejercicios militares conjuntos, lo cual es una locura provocativa que, intencionalmente, hace más inestable la seguridad en la región.
Hoy en día, constituye para la región un desafío insoslayable a la seguridad la escalada de ventas de armas de EE.UU. a los países aliados en Asia-Pacífico como Japón y la RC.
El año pasado, EE.UU. tomó la decisión de entregar a la RC distintos armamentos mortíferos de punta, valorados en sumas astronómicas, tales como 25 cazas Stealth F-35, 36 misiles interceptores buque-aire SM-6, 42 misiles aire-aire AIM-9X Sidewinder, y concertó con el círculo militar de la segunda hasta el “acuerdo de seguridad del suministro” que tiene el objetivo de abastecer rápido los materiales bélicos.
Suministró también en junio de este año a la RC 6 aviones de patrulla naval de último modelo P-8A Poseidon y trata de entregarle en diciembre que viene la primera parte de los 12 helicópteros de nuevo tipo para la operación naval MH-60R.
Recientemente, aflojó con Gran Bretaña y Australia la medida de control de exportación de tecnologías militares y armas y recurre más abiertamente a la venta de armamentos a las fuerzas aliadas de Asia-Pacífico como Japón y Taiwán.
Las crisis de seguridad por doquier del mundo comprueban a todas luces que el suministro de armas letales de EE.UU. es el factor principal que fomenta y agranda el nuevo peligro de choque al exacerbar el enfrentamiento militar y las contradicciones y destruir el equilibrio militar en la región.
La situación dada hace más apremiante la necesidad de mantener firmemente el equilibrio militar en la región, al aumentar por todos los medios el potencial defensivo en proporción directa con el desafío de seguridad y la amenaza que emanen de la venta de armamentos de EE.UU.
Impedir tajantemente el desequilibrio de la fuerza, que imponen EE.UU. y sus seguidores, y enfrentársele rotundamente, son la condición primordial para defender los intereses soberanos del Estado y garantizar la paz y estabilidad de la región.
Mientras EE.UU. esté obsesionado por la entrega de equipos bélicos y letales a sus aliados de la región, se redoblará el disuasivo estratégico de la RPDC para defender la seguridad e intereses del Estado y la paz de la región.
La RPDC continuará realizando las actividades militares con fines de autodefensa, imprescindibles para controlar el desequilibrio militar y la situación inestable que pueden producir los movimientos militares y el suministro de armas mortíferas de las fuerzas hostiles que llegan a la fase cada vez más temeraria.