El noble propósito y la atención generosa del PTC, que tiene como su sagrada naturaleza innata y el modo de existencia invariable considerar al pueblo como cielo y defender a este con firmeza, escriben otra historia de amor al pueblo, llegando primero a los dañados por la calamidad natural.
El estimado compañero Kim Jong Un, quien sin evadir cualesquier dificultades y pruebas dedica todo lo suyo para la tranquilidad y el bienestar del pueblo, ayudó a salvar a miles habitantes en la inundación que azotó la parte noroeste del país y abrió el grandioso frente de resarcimiento de daños por la transformación.
Luego, tomó las medidas importantes para que los habitantes perjudicados disfruten en Pyongyang de la protección y beneficios del Estado, librándose de toda clase de preocupaciones.
Según la organización directa del Comité Central del PTC, se llevaron a la práctica medidas emergentes de ofrecimiento de ayuda, por lo cual se han preparado en el Hotel 25 de Abril y la base de entrenamiento de desfile las suficientes y excelentes condiciones de educación y crianza a niños, vida y descanso, preservación de salud y tratamiento médico para los niños, alumnos y moradores de las zonas anegadas.
Llegaron el día 15 al alojamiento de esta urbe más de 13000 niños, estudiantes, ancianos, enfermos, ex militares minusválidos y madres con niños, que partieron por vía ferroviaria de sus respectivas localidades recibiendo la despedida de los funcionarios de los órganos del Partido y el Poder y los habitantes de las provincias de Phyong-an del Norte, Jagang y Ryanggang.
Los familiares de los damnificados entraron con gran emoción y alegría en el alojamiento que les hace sentir el aliento y sinceridad del CC del Partido que siempre considera como lo absoluto el servicio honroso al pueblo.
El estimado compañero Kim Jong Un, Secretario General del PTC y Presidente de Asuntos Estatales de la República Popular Democrática de Corea, salió al hospedaje y se reunió con los damnificados provenientes de varias regiones.
Cuando llegó al lugar, estallaron estruendosas vivas. Los reunidos dieron aclamaciones al Mariscal Kim Jong Un quien dispensó el amor y benevolencias reiterados y desconocidos por el mundo para aliviar su herida mental y hoy salió al albergue sin hacer caso del calor sofocante como muestra del sentido paternal. Kim Jong Un respondió con la mano alzada a las aclamaciones.
Se abrió en el recinto el verdadero aspecto particular del Estado en que el líder y el pueblo están unidos como uno con el amor y la obligación moral.
Acompañaron al Secretario General los cuadros del CC del PTC.
El Secretario General pronunció el discurso de bienvenida.
En sus palabras, Kim Jong Un expresó agradecimiento a los damnificados que provinieron de varias zonas, depositando la confianza en las medidas tomadas por el Partido y el gobierno y su alegría por haberse encontrado en esta capital.
Enumeró los esfuerzos del Partido y el gobierno por brindar las sinceras condiciones y ambientes de vida a todos los ancianos, madres con bebé, ex militares minusválidos y niños que llevaban una vida incómoda en las zonas fronterizas y septentrionales atacadas por el siniestro natural, y afirmó que se les ofrecerá la máxima sinceridad dando consideración preferente a la salud y la tranquilidad.
Aunque son el hecho doloroso la herida de alguna parte del territorio nacional y de los habitantes locales debido a la inesperada calamidad natural, la gran familia socialista se ha unido más ante el dolor y dificultad y se ha consolidado más con el noble espíritu, dijo y refirió la voluntad inconmovible del Partido y el gobierno de aprovechar la calamidad de hoy como el punto de viraje de florecimiento local, y el futuro maravilloso.
Encomendó a los funcionarios y empleados del Hotel 25 de Abril y la base de entrenamiento de desfile y otros relacionados que hicieran esfuerzos para que los damnificados regresen a sus tierras natales con mejor salud y deseó a todos que pasen el tiempo impresionante y significativo llevando una vida tranquila y confortable durante la permanencia en la capital de la patria.
Una vez terminado el discurso, todos los reunidos quedaron emocionados ante la sinceridad del gran Padre quien hace sus incansables esfuerzos físicos y mentales por el pueblo, abrazándolo en su regazo afectuoso y aceptando como placer todos los sufrimientos por este.
Kim Jong Un agitó largamente su mano a los damnificados que lloran por la emoción infinita.
Los damnificados, que disfrutarán de privilegio inimaginable gracias a la atención especial y las medidas importantes tomadas por el Partido y el Estado, expresaron gratitud al Secretario General del Partido, reflejando el alma unánime de todos los habitantes de las zonas inundadas y los demás del país.
Kim Jong Un visitó el comedor para niños.
Abrazando a los infantes que le acercan, dijo que se hacen los niños felices, que dan alegrías y risas a las familias y el país, al crecer a palmos.
Volvió a desear a todos que durante la permanencia en Pyongyang, tengan buena salud y pasen el tiempo alegre disfrutando de todos beneficios sin preocupación alguna.
El pueblo coreano, que vive bajo la bandera roja del gran Partido del Trabajo de Corea que somete todos los asuntos estatales al servicio al pueblo, no teme a la furia de la naturaleza, por muy brutal que sea, y disfrutará de generación en generación de una vida feliz en gran familia socialista única en el mundo.