Declaración de Kim Jong Gyu, director encargado de Rusia del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Popular Democrática de Corea
El 9 de mayo fue el día de la victoria y una fiesta de júbilo que celebró el pueblo ruso con una dignidad y orgullo particulares.
Extiendo mis calurosas felicitaciones a todo el pueblo ruso que acogkó el significativo día de la victoria en la guerra en el camino para forjar el futuro con toda seguridad superando firmemente las dificultades sin precedentes en la historia.
Hace 79 años, el 9 de mayo de 1945, el ejército y el pueblo de la Unión Soviética demostraron un incomparable espíritu de defensa de la patria y el heroísmo colectivo, derrotaron a la Alemania fascista que amenazaba la existencia de la humanidad e hicieron una gran contribución a la defensa de la paz y seguridad del mundo.
La guerra contra el fascismo fue una prueba muy dura para el pueblo soviético y la victoria que lograron en aquel proceso está grabada como una epopeya heroica que será inmortal en la historia de Rusia.
Aunque han transcurrido muchos años y se han cambiado las generaciones desde aquel día ferviente por el júbilo de la victoria, no se ha cambiado nada la siniestra intención de las fuerzas hostiles que persiguen eliminar las hazañas de victoria en la guerra del pueblo ruso y arrebatar los derechos soberanos e intereses de Rusia.
Si algo ha cambiado, EE.UU. que durante la Segunda Guerra Mundial aparentemente se presentó como aliado antifascista escondiendo su objetivo verdadero de detener el crecimiento y el desarrollo de la Unión Soviética, ahora se quitó por completo su máscara y se aferra frenéticamente a la guerra proxi para derribar a Rusia.
La actual crisis de Ucrania expuesta a la vista de todo el mundo es el resultado inevitable causado por la política extremista y unilateral de EE.UU. y el Occidente que durante décadas pasadas ignoraron las demandas legítimas de Rusia en términos de seguridad e instigaron a las autoridades de Kiev al enfrentamiento antirruso fomentando el resurgimiento del nazismo.
EE.UU. y sus bandas seguidoras envían indiscriminadamente a las autoridades títeres de Zelensky, fuerzas neonazistas, los tanques principales, bombas de uranio empobrecido, bombas de racimo, misiles de crucero de largo alcance y otros armamentos homicidas de toda clase, hecho que muestra que ellos están colmados de ilusiones y fantasías absurdas de que, si armaran a sus lacayos y los lanzaran como brigada de choque contra Rusia, podrían derrotar este país, su rival estratégico.
En este momento, la camarilla títere de Zelensky, armada con el fusil enviado por “mercaderes de muerte occidentales”, está fanfarroneando que continuaría hasta las últimas consecuencias “la guerra de resistencia” contra Rusia, lo cual no pasa de ser el último intento desesperado del estúpido fanático al enfrentamiento, enviciado por el servilismo y la obediencia a EE.UU.
Es necesario que EE.UU. y sus Estados seguidores rememoren con prudencia el hecho bien conocido de que las dos grandes guerras de defensa de la patria, registradas en la historia de Rusia, cerraron sus telones con la eliminación completa de las bases principales de los invasores.
Hay un dicho: “quien no recuerda el pasado será castigado con la repetición del pasado”.
Es seguro que la tradición y la historia de victorias de ayer trajeron el Día de la Victoria en la Guerra de hoy y continuarán con la gran victoria de mañana y son suficientes su inevitabilidad y las garantías.
El ejército y pueblo rusos, poseedores de ardiente patriotismo, tenacidad y firmeza espiritual, sin falta lograrán la victoria definitiva en la justa batalla para derrotar a las fuerzas aliadas del imperialismo y al neonazismo como descendientes de la orgullosa generación vencedora en la guerra.
Nosotros siempre estaremos en la misma trinchera con el ejército y el pueblo rusos, levantados en la lucha justa por establecer el orden del nuevo mundo independizado y pacífico