En octubre pasado, EE.UU. realizó el ejercicio naval conjunto con Japón y los títeres surcoreanos bajo el rótulo de ejercitar la interceptación marítima y la operación anti-piratería.
Participaron en esa maniobra la flotilla de ataque de portaaviones, encabezada por el Ronald Reagan de EE.UU., y los buques de las fuerzas marítimas de autodefensa de Japón y de la marina de guerra de los títeres surcoreanos.
Se trata de un ejercicio que se llevó a cabo según el acuerdo de las conversaciones de autoridades de esas 3 partes que tuvieron lugar en EE.UU. en agosto pasado, el cual estipula la realización anual de los ejercicios militares tripartitos para hacer frente a la amenaza nuclear y de misiles del Norte (de Corea).
Señala así el diario Rodong Sinmun en un artículo individual divulgado hoy y prosigue:
Hasta la fecha, los ejercicios militares de EE.UU. y sus lacayos en la Península Coreana y su contorno se realizaban principalmente en el marco bilateral como EE.UU-Japón y EE.UU.-títeres surcoreanos.
Pero, ahora se ha extendido oficialmente a escala trilateral.
Por otra parte, EE.UU., Japón y los títeres surcoreanos intentan poner en operación dentro de este año el sistema de compartir en tiempo real las informaciones vinculadas con misiles de la RPDC y organizar y administrar regularmente los aparatos de todo tipo para calumniar y presionar a esta última.
Prácticamente, expuso su perfil y entró en acción la OTAN de versión asiática que es la alianza militar tripartita que vino causando por mucho tiempo la precaución y preocupación de la sociedad internacional.
Desde hace mucho tiempo, EE.UU. recurrió con fanatismo a la fabricación de la alianza militar tripartita con el siniestro intento de usar a Japón y los títeres surcoreanos, que se encuentran cerca de sus rivales principales en la región, como brigadas de choque para el cumplimiento de su estrategia de hegemonía mundial.
Cuando llegó al poder en la región de los títeres surcoreanos, la banda proyanqui y projaponesa de Yoon Suk Yeol, instigó a esta a estrechar rápido la mano con el poder de Kishida de Japón.
Así se acordó la realización anual de los ejercicios militares conjuntos entre las 3 partes.
Los enemigos tratan de justificar su conducta anunciando que el establecimiento de la alianza es para enfrentarse de manera conjunta a la amenaza nuclear y de misiles de la RPDC.
EE.UU. y sus lacayos no tienen ningún derecho a hablar de la amenaza y provocación.
La Península Coreana es la zona más candente del mundo que conlleva el detonante de guerra nuclear.
Es que las potencias nucleares del Oriente y el Occidente se encuentran en el estado de enfrentamiento agudo, teniendo su límite en el Norte y el Sur de la Península Coreana.
En tal estructura, el funcionamiento pleno de la alianza tripartita agudizará al extremo la situación de la Península Coreana y la región.
Nadie puede asegurar que la conducta demencial de EE.UU. y sus satélites no va a extenderse a la guerra nuclear y la tercera conflagración mundial.
Trae la vorágine de choques y guerra a la Península Coreana y la región, el contubernio militar entre EE.UU., Japón y los títeres surcoreanos que llega a la etapa muy peligrosa.
Este acto criminal, que vulnera la paz y estabilidad del mundo, llevará a ellos mismos en un atolladero sin salida.