Cerca del río Taedong, se encuentran el Hospicio y Orfanato de Pyongyang que constan de salas de crianza, educación, ejercicios físicos y juegos intelectuales, piscinas al aire libre y bajo techo y otras facilidades excelentes para la crianza, educación y vida de los huérfanos.
En ambos centros está impregnado el amor paternal del Secretario General del PTC, Kim Jong Un, quien asegura el futuro maravilloso de los niños coreanos.
Hace ahora 9 años, el Secretario General propuso construir nuevamente el Hospicio y Orfanato de Pyongyang.
Fijó personalmente el solar en un sitio pintoresco y recorrió varias veces el campo de construcción.
En octubre de 2014 (Juche 103), visitó los edificios recién inaugurados.
Aquel día, instruyó elevar la responsabilidad y papel de las asistentes diciendo que no habrá en el mundo otro parvulario tan excelente como el Hospicio y Orfanato de Pyongyang y que la crianza es más importante que el acondicionamiento de estos inmuebles.
Volvió a visitarlos el primero de enero del año siguiente cumpliendo su promesa hecha con los infantes y pasó largo tiempo con ellos viendo la función artística por el Año Nuevo y tomando una foto de recuerdo.
Gracias el afecto paternal del estimado compañero Kim Jong Un por las generaciones venideras, repercute en alto la canción “No envidiamos nada a nadie en el mundo” en el Hospicio y el Orfanato de Pyongyang.