Entre las personas que dejaron grabados sus nombres en la historia coreana figura Ri Kuk Ro quien dedicó todo lo suyo por desarrollar la lengua nacional.
Nacida el 28 de agosto de 1893 en la comuna Tugok, cantón Jijong, distrito Uiryong, provincia de Kyongsang del Sur, él estuvo muy deseoso de aprender desde pequeño. Pero la dominación militar japonesa le trajo azada y hoz y no pincel.
Solo cuando tuvo 17 años de edad, pudo ingresar en la escuela. Tras la graduación, se hizo maestro de la Escuela Tongchang fundada por los patriotas por la independencia en Jiandao Oeste, donde se activaba la lucha de los voluntarios en aquel tiempo.
Con la determinación de consagrarse a la causa por la independencia, solo pensó en cuál era el camino que Corea debía tomar.
Participó en el movimiento independentista y enseñó la historia de la nación Tangun, la lengua materna y la geografía de Corea, anhelando por un gran hombre que pudiera dar respuesta a dicha cuestión. Viajó a lo largo del mundo por un largo tiempo, para no hablar de su país, para encontrar la solución, pero en vano.
Después de graduarse de la Universidad de Berlín y obtener el grado de doctor en filosofía, regresó en enero de 1929 a la patria y no se incorporó a los círculos políticos o de negocios, sino a la Sociedad de Estudio de la Lengua Coreana con el fin de librar la lucha antijaponesa y recuperar el país con el movimiento de lenguaje coreano.
Amplió la asociación incorporando a muchos intelectuales jóvenes progresivos, al mismo tiempo que organizó una sociedad para redactar un diccionario de lengua coreana y promovió su compilación.
Frente a las maniobras de los imperialistas japoneses de exterminar a la nación coreana en el mundo, reorganizó en enero de 1931 la Sociedad de Estudio de la Lengua Coreana como Sociedad de Lingüística Coreana y desplegó una campaña para fomentar la uniformidad de la lengua nacional y defenderla y divulgarla entre amplias masas.
Mientras tanto, estableció la Casa Editorial de Libros Conmemorativos Coreanos en un intento de descubrir, preservar y divulgar los clásicos nacionales de Corea.
Los imperialistas japoneses, que obstaculizaban las actividades de la asociación en cada paso, inventó el “incidente de la Sociedad de Lingüística Coreana” en 1942, calificándola como una organización antijaponesa, y arrestó y encarceló a muchos intelectuales y religiosos en varios lugares del país, incluyendo Ri Kuk Ro.
Pese a crueles torturas, este no doblegó su voluntad y luchó por defender la lengua nacional.
Recordando su carrera llena de vicisitudes, el Presidente Kim Il Sung escribió en su memoria “En el transcurso del siglo”: El incidente de la Sociedad de Lingüística Coreana nos conmovió muy fuertemente. En las imágenes de los intelectuales que mantuvieron el espíritu nacional al precio de su sangre, sin temer ni a los fusiles ni a las bayonetas ni tampoco al patíbulo, vimos nuestra Patria viva, nuestro país viviendo y luchando.
Solo cuando Ri Kuk Ro se reunió con Kim Il Sung, padre de la nación, por quien había anhelado tan vehementemente, después de la liberación de la patria (15 de agosto de 1945), pudo encontrar el camino que debían seguir Corea y su nación.
En abril de 1948 (Juche 37) fue a Pyongyang para participar en la Conferencia Conjunta de los Representantes de los Partidos Políticos y las Organizaciones Sociales de Corea del Norte y el Sur, ocasión en que se encontró con el Presidente Kim Il Sung, de quien recibió importantes instrucciones sobre el desarrollo de la lengua coreana.
Esto le sirvió de un nuevo punto de viraje en su vida.
Gracias a la gran confianza del Presidente, Ri Kuk Ro se desempeñó como diputado a la Asamblea Popular Suprema de la RPD de Corea, primer ministro sin cartera de la República y presidente de la Sociedad de Estudio de la Lengua Coreana.
Se dedicó a divulgar correctamente la lengua nacional al pueblo, incluyendo los estudiantes, desarrollarla más y editar el “Manual de gramática coreana” y “Diccionario coreano”. En el período de la Guerra de Liberación de la Patria (25 de junio de 1950 – 27 de julio de 1953), hizo una contribución a desarrollar la lengua nacional al compilar el “Diccionario léxico coreano”.
Fue primer director del Instituto de Lengua y Literatura Coreanas, adscrito a la Academia Estatal de Ciencias, fundado en tiempo de guerra.
Escribió gran número de trabajos y libros valiosos que contribuyeran a estandarizar la lengua coreana y desarrollar la lingüística coreana, entre otros “Fonética coreana de diagrama experimental” (1948), “Pequeño diccionario coreano” (1956), “Estudio sobre el acento coreano” (1957) y “Estudio sobre la entonación coreana” (1966).
Con cerca de 80 años, presentó el manuscrito “Diccionario de pronunciación coreana”.
En reconocimiento de sus grandes aportes hechos para defender el espíritu nacional, el Estado le otorgó muchas órdenes y medallas como el Premio de la Reunificación de la Patria y la Orden Bandera Nacional de primera clase.