La subjefa de departamento del Comité Central del Partido del Trabajo de Corea, Kim Yo Jong, hizo pública el día primero una declaración titulada “Nadie puede negar nuestro derecho soberano al lanzamiento de satélite“.
Su texto completo sigue:
En cuanto al lanzamiento del satélite de reconocimiento militar de la República Popular Democrática de Corea, que es un derecho a la autodefensa, EE.UU. expone abiertamente su hostilidad a la RPDC.
El 31 de mayo, el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca insistió en que todos los países deben condenar el lanzamiento de satélite de la RPDC, al cabo de decir que esto constituye una violación flagrante de la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU y puede agravar innecesariamente la tensión y vulnerar la seguridad regional.
No hay nada nuevo, pero, EE.UU. suelta las peroratas anticuadas que parten de su modo de pensar bandidesco y anormal.
¿Quién agrava innecesariamente la tensión y vulnera la seguridad regional?
Si debe ser criticado nuestro lanzamiento de satélite, deberían ser condenados todos los países comenzando por EE.UU. que lanzaron millares de satélites. Pues, esto no pasa de ser una sofistería contradictoria.
La teoría bandidesca según la cual no podemos hacerlo en virtud de la “resolución” del Consejo de Seguridad de la ONU que nos prohíbe el uso de la tecnología de cohete balístico sin hacer caso de su objetivo, es destinada a violar el derecho de nuestro Estado a usar el cosmos y reprimirnos injustamente.
Es muy lamentable que esté estipulada tal concepción al estilo norteamericano en la “resolución” del CS de la ONU.
EE.UU. es un colectivo de bandidos que condenarán como lo ilegal y amenaza aunque pongamos en la órbita espacial un satélite a bordo del globo de goma.
Con la fórmula incorrecta no se puede sacar la respuesta correcta y en no abandonar el malentendimiento está la “tragedia de EE.UU.” del siglo XXI.
Antes de negar y cuestionar sin ton ni son los derechos al lanzamiento de satélite y desarrollo de cosmos de un Estado soberano, EE.UU. debe leer otra vez la Carta de la ONU y los artículos del Tratado del Espacio Exterior enfriando su cabeza calentada por la fiebre conflictiva.
También en este momento, EE.UU. vigila todos nuestros movimientos con las propiedades de reconocimiento de diversas clases, como satélites de espionaje y los aviones de exploración teledirigidos de gran altura, que sobrevuelan la Península Coreana. Entonces, la acusación de EE.UU. es una cosa ilógica y absurda.
EE.UU. no debe confiar demasiado en sí mismo haciéndose la ilusión.
Nadie concedió a EE.UU. la autoridad de cuestionar los derechos soberanos de un Estado específico.
Aprovecho esta oportunidad para emitir otra vez la advertencia clara a EE.UU. que pretende engañar la vista y el oído de la sociedad internacional con las palabras superficiales sobre el diálogo como “puerta de diplomacia” y “negociaciones sinceras“.
No tenemos nada que dialogar con EE.UU. y sus lacayos, que hablan repetidamente del “fin del poder” y “derrocamiento del régimen“, ni sentimos la necesidad de conversar con ellos.
Su política hostil a la RPDC no les conviene en nada a ellos mismos y tomaremos las contramedidas al estilo nuestro a partir de la posición más ofensiva para que ellos se vean obligados a reconocer cuán peligrosa es la confrontación con nuestro país.
Estamos listos para cualquier acción a fin de defender nuestros derechos soberanos e intereses.
Ante la inquietud psicológica de EE.UU. y sus títeres por el satélite de reconocimiento militar de la RPDC, hemos confirmado otra vez que los enemigos temen más nuestra posesión de los medios de reconocimiento e información como satélite de exploración y nos ponemos conscientes de que debemos canalizar mucho más fuerzas al desarrollo de esos medios.
Afirmo que el satélite de reconocimiento militar de la RPDC se pondrá en un futuro cercano en su órbita y empezará a cumplir su misión.
Conocemos bien el carácter prolongado de la confrontación con EE.UU. y haremos todo lo posible para mejorar el disuasivo de guerra en todas las esferas, tomando conciencia de las amenazas y desafíos perspectivos.
No estaremos con brazos cruzados si EE.UU. y sus lacayos intentan violar nuestro derecho soberano