Declaración de rechazo a la acusación en el Consejo de Seguridad

El director general del Departamento de Organizaciones Internacionales del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Popular Democrática de Corea, Jo Chol Su, hizo pública el día 19 una declaración que sigue:

El día 17, el representante estadounidense ante la ONU se atrevió a acusar a la RPDC durante el debate del Consejo de Seguridad de la ONU, convocado ilegalmente.

Esta vez, Thomas Greenfield reveló su vergonzosa naturaleza de quien no sabe cuáles son los genuinos derechos humanos y la ética elemental, y es totalmente carente de la lógica y sano modo de pensar.

A pesar del rechazo y preocupación de la imparcial sociedad internacional, EE.UU. remitió al Consejo de Seguridad de la ONU el inexistente “problema de derechos humanos” de la RPDC, lo cual constituye una difamación de la Carta de la ONU y burla a los verdaderos DDHH.

Si EE.UU. está preocupado tanto por la “situación de derechos humanos” de la RPDC, tendría que explicar la razón por la cual se obstina en la ejecución de las sanciones más antiéticas del mundo contra la segunda.

A decir de los derechos humanos, la sociedad internacional debería enjuiciar severamente primero la situación de violación de DDHH de EE.UU. donde decenas de millones de las razas de color no pueden respirar libremente debido a la brutal represión policial.

Cada vez que le falta el tema de acusar, EE.UU. lleva siempre el teatro al escenario de “DDHH” en su intento de vulnerar el régimen socialista optado por el pueblo coreano. He aquí su conducta habitual.

Al escenificar el sucio debate de derechos humanos contra la RPDC pese a la repetida advertencia de ésta, EE.UU. escogió la coacción y la guerra en lugar de los DDHH y la paz.

Mientras más intente EE.UU. sacudir a la RPDC por medio de “DDHH“, más grande se tornará la indignación del pueblo coreano y se buscará el primero la irreversible inestabilidad de seguridad.

No sé hasta cuándo persistirá esa locura tan aburrida, pero EE.UU. está intentando algo evidentemente erróneo.

Thomas Greenfield tendrá que lamentar su situación de lacayo y sirviente de EE.UU. que comete la intervención en asuntos internos de los Estados soberanos e independientes bajo el cartel de “defensa de DDHH