El investigador de la Asociación de Estudio de Políticas Internacionales, Kim Tong Myong, hizo público el día 29 un artículo intitulado “¿Será para instigar la fundación de ´OTAN de versión asiática´ el viaje del secretario general de la OTAN?“.
El texto íntegro del artículo sigue:
Según trascendidos, el secretario general de la OTAN emprendió el viaje al Sur de Corea y Japón.
Agranda la precaución esa visita de la alta autoridad del bloque militar, que convirtió el territorio ucranio en el campo de guerra a través de los agentes, a la región Asia-Pacífico del hemisferio oriental, que no es su teatro operacional.
Es un hecho bien conocido que desde hace mucho tiempo, la OTAN viene intentando obstinadamente ampliar su zona de influencia, limitada a la defensa de Europa, hacia la región Asia-Pacífico que llegó a ser el centro estratégico del mundo.
Hablando del rechazo al “cambio de fenómeno por la fuerza“, la OTAN desarrolló los ejercicios militares bilaterales y multilaterales bajo diversos rótulos, movilizando los portaaviones, cazas y otras fuerzas armadas de los países miembros.
Por otra parte, pretende extender sus garras a la región Asia-Pacífico con el método de ampliar y estrechar la cooperación con las alianzas exclusivas de seguridad como “AUKUS“, “QUAD” y “Cinco Ojos“.
Sobre todo, en los últimos años, da más acicate que nunca al fortalecimiento de relaciones bilaterales con el Sur de Corea y Japón, considerándolos como eslabones claves para realizar su ambición hegemónica.
Lo comprueban las visitas al Sur de Corea y Japón realizadas en abril y junio del año pasado, respectivamente, por el presidente de la comisión militar de la OTAN para debatir el tema de estrechar los lazos de socios y la cooperación militar, y la participación por primera vez en la historia de esas partes asiáticas en la Cumbre de la OTAN, sesionada a finales de junio en Madrid, España.
Entre tanto, en mayo del año pasado, la OTAN admitió al Sur de Corea como miembro pleno del centro de cooperación de defensa cibernética, adscrito a sí misma, y en octubre, despachó allá la delegación de su asamblea parlamentaria para discutir el fortalecimiento de la colaboración bilateral.
El Sur de Corea firmó con Polonia, país miembro de la OTAN, un contrato de venta de los tanques pesados, cañones autopropulsados, aviones y otros armamentos valorados en decenas de miles de millones de US$ mientras Japón acordó con Inglaterra e Italia el desarrollo conjunto del caza de próxima generación, hecho que deja conocer a qué grado llega la mala intención de la OTAN de utilizarlos como instrumentos para ampliar su influencia.
Es muy evidente el objetivo con que la OTAN extiende abiertamente su mano hacia el Sur de Corea y Japón, si se toma en cuenta que el año pasado, ella ha calificado a Rusia como “amenaza más grave y directa” y a China como “desafío sistemático” en su nueva “concepción estratégica“.
La OTAN, liderada por EE.UU., aspira en general a crear en contubernio con las fuerzas seguidoras su “versión asiática” al servicio de su posición hegemónica y mantenimiento de orden.
Es muy natural que al ver el actual comportamiento preocupante de la OTAN, los países regionales insistieran en que este bloque pretende reproducir el método de enfrentamiento colectivo, usado ya en Europa, también en la región de Asia-Pacífico y advirtieran al Sur de Corea y Japón que no introduzcan las fuerzas de la OTAN en la misma región.
Está claro que el secretario general de la OTAN, arribado al Sur de Corea y Japón cuando el incidente ucranio se encuentra en nuevo momento crítico debido a la decisión de EE.UU. y el Occidente sobre el suministro de tanques, resaltará reiteradamente a aquellas partes asiáticas la necesidad de la fundación de la “OTAN de versión asiática” pretextando obstinadamente el “rumor de amenaza proveniente de China” y les reprenderá y presionará fuertemente por la pasividad en la ayuda militar a Ucrania.
Es una cuestión de tiempo la aparición en el frente ucranio de los armamentos surcoreanos y japoneses que serán entregados a la OTAN.
El Sur de Corea y Japón, que intentan sacar provechos de traer al intruso a la región, deben tener presente que están acercándose más a la extremada crisis de seguridad, lejos de aliviar la inquietud de la misma.
No va a ocurrir nada bueno si llegan a la región las botas de la OTAN, pronombre de guerra y confrontación.
La visita asiática de su alta figura es el preludio de guerra que busca el nubarrón de “nueva Guerra Fría” en la región de Asia-Pacífico.
Los países regionales y la sociedad internacional tendrán que elevar al máximo la vigilancia sobre el acercamiento de la OTAN a Asia-Pacífico.