Cuando van abriendo enérgicamente la ruta de victoria del socialismo bajo la orientación del PTC, los habitantes y los oficiales y soldados del Ejército Popular de Corea celebran significativamente el 69º aniversario de la gran victoria en la Guerra de Liberación de la Patria con el orgullo heróico de Corea heroica y su pueblo que se ha mantenido década tras década y de siglo en siglo.
Con motivo de ese día, registrado como piedra angular de victoria eterna en el trayecto de desarrollo de la RPDC, el pueblo coreano redobla la convicción y voluntad de llevar a feliz término la causa revolucionaria del Juche continuando como linaje el espíritu de lucha y la tradición de victoria, legados por la generación heroica del tiempo de guerra como una herencia revolucionaria.
En tal ambiente, tuvo lugar con solemnidad el acto conmemorativo del 69º aniversario de la victoria en la guerra en la explanada del Monumento a la Victoria en la Guerra de Liberación de la Patria en esta capital.
Asistió a la ocasión el compañero Kim Jong Un, Secretario General del PTC y Presidente de Asuntos Estatales de la RPDC.
El Monumento, que sirve de gran centro de educación en la tradición de victoria de la Corea heroica y digna que declaró por primera vez en la historia la derrota vergonzosa a EE.UU., caudillo del imperialismo mundial, estuvo caldeado por el júbilo y emoción de todos los participantes por la oportunidad de celebrar significativamente el día de victoria como gran festival de gloria y continuación en presencia del estimado compañero Kim Jong Un.
Se efectuó la ceremonia del acto.
Aumentaron el ambiente festivo el cambio de formación de la banda militar central del Ministerio de Defensa Nacional al son de las canciones militares revolucionarias y las habilidades con rifle de los guardias de honor del Ejército Popular de Corea.
Acto seguido, un paracaidista y las escuadrillas de aviones de combate mostraron sus habilidades de descenso y vuelo.
Un infante paracaidista se lanzó desde la altura de 1200 metros describiendo una flor deslumbrante dedicada a los defensores de la patria de la década de 1950.
Los participantes enviaron fuertes aplausos al paracaidista que descendía haciendo flamear en el cielo de julio la sagrada bandera nacional, defendida a costa de sangre y legada por los héroes conocidos y desconocidos que ofrendaron el hogar, amor, sueño y esperanza, la juventud y hasta la vida por la victoria del 27 de julio.
Comenzaron el vuelo de habilidad los pilotos de combate de la unidad de fuerzas aéreas del EPC, que recibió el titulo de guardia por el fulminante mérito militar de haber abierto primero la ruta de avance hacia el sur en el tiempo de Guerra de Liberación de la Patria.
Los participantes exclamaron hacia los aviones que lanzaron fuegos artificiales en el cielo nocturno del día de victoria cumpliendo diferentes movimientos de vuelo de combate.
Dio un inicio original al acto esta ceremonia que demostró con melodías ligeras, ritmos vigorosos y habilidades de vuelo el hecho de que gracias a la fortuna de la historia de tener al Presidente Kim Il Sung como gran líder y general insigne sin par, se hizo posible crear el mito de victoria del siglo coronando 1129 días de la Guerra de Liberación de la Patria con méritos inauditos y situar el nombre y la bandera de nuestro Estado en la posición de potencia mundial.
Mientras se interpretaba la música de bienvenida, el Secretario General y su esposa Ri Sol Ju salieron a la sede junto con los veteranos de guerra.
Todos los participantes acogieron con estruendosas vivas al estimado compañero Kim Jong Un, símbolo de todas las victorias y glorias del partido y el Estado, quien ubicó la Corea del Juche a la cumbre del siglo pese a las pruebas y dificultades más severas y escribe la historia de gran victoria memorable por todas las generaciones venideras.
El compañero Kim Jong Un y Ri Sol Ju recibieron los ramos de flores que les dirigieron los miembros de la Organización de Niños de Corea.
Al responder a las aclamaciones de la multitud, el Secretario General extendió un saludo cordial a los veteranos de guerra y habitantes de todo el país, que acogen la fiesta.
Fueron invitados a la ocasión Choe Yong Rim, Thae Jong Su, Ri Myong Su, An Sim, Kim Kyong Ok, Kim Si Hak, Ri Kil Song y otros participantes en la Guerra de Liberación de la Patria.
Estuvieron presentes los cuadros del partido y el gobierno junto a los conferenciantes de la rama de conservación de objetos de interés histórico-revolucionario vinculados con la guerra, los cadetes de escuelas revolucionarias, los estudiantes jóvenes, los funcionarios de ministerios y órganos centrales y los capitalinos.
Participaron los cuadros responsables del Ministerio de Defensa Nacional, los comandantes de distintas tropas, los altos mandos militares y políticos de las unidades combinadas las otras de gran dimensión y los oficiales y soldados del EPC.
Se realizó la ceremonia de izada de la bandera nacional.
Al compás de la melodía de la canción “Nuestra bandera nacional“, los guardias de honor del EPC entraron con solemnidad sosteniendo la bandera nacional de la RPDC.
Mientras resonaba el himno nacional de la RPDC, se izó despacio la sagrada bandera nacional en el cielo nocturno del día de victoria.
Kim Jong Un pronunció un significativo discurso conmemorativo.
Conmovieron a la audiencia sus palabras que entrañan el ferviente amor y respeto y la noble obligación moral hacia la gran generación de la revolución, que defendió honrosamente la gloriosa patria y preparó los bienes ideo-espirituales para el avance siempre victorioso de la revolución coreana, y exponen su disposición solemne de glorificar para siempre la potencia más digna e independiente y país del pueblo edificado a precio de la vida valiosa de los mártires.
Terminado el discurso, volvieron a estallar las estruendosas aclamaciones que daban la generación triunfadora y sus descendientes.
Se percibía en la sede del acto la convicción de que será prometedor el futuro de la Corea socialista, gracias al Secretario General quien hizo grabar en el corazón de los habitantes y uniformados el espíritu de la década de 1950 y dirige sabiamente para que continuara la historia de victoria de guerra de la RPDC.
A continuación, se lanzaron los fuegos artificiales en medio de vítores.
Las salvas alumbraron la estatua “Victoria” y los grupos escultóricos de los combatientes heroicos que crearon la nueva historia de construcción de una patria próspera manteniendo la tradición de la Guerrilla Antijaponesa.
En el curso de lanzamiento de fuegos artificiales, resonaron las odas a la victoria de guerra que enseñan la verdad de que todas las victorias y glorias se obtienen en el avance vigoroso con el poderío de gran ideología y unidad, y reflejan la ferviente aspiración y voluntad de adelantar nueva victoria del socialismo al estilo coreano continuando el valioso espíritu de los mártires.
Como homenaje a los combatientes heroicos de la guerra de parte de sus descendientes y la patria, se dibujaron en el cielo nocturno la bandera nacional y la medalla de Héroe y las letras “¡Viva el 27 de julio, día de gran victoria en la guerra!“.
Luego, comenzó una original gala artística.
Se presentaron en la escena las canciones creadas en el tiempo de guerra y las otras famosas repercutidas como las de lucha y convicción en las décadas de victoria.
A través de la “Canción de la defensa de la Patria“, la primera del tiempo de guerra, y otras de la resistencia a muerte, los ejecutantes elogiaron en tono patético las gestas de los defensores de la patria quienes lograron la victoria al frustrar la invasión armada de los imperialistas norteamericanos uniéndose con la misma voluntad en torno al gran líder.
Cuando se proyectaban en la pantalla las imágenes del Presidente Kim Il Sung y se escuchaba su voz sonora llamando a todo el país a la sagrada guerra en defensa de la patria en su histórico discurso radial y declarando la gran victoria del pueblo coreano en la sede de desfile militar en homenaje al mismo evento, los espectadores expresaron con fuertes aplausos la veneración al gran general legendario quien encontrándose en la primera línea de la batalla de confrontación antiyanqui, creó el milagro militar del siglo XX con su extraordinaria idea y teoría militares, estrategias y tácticas hábiles, coraje incomparable y ferviente amor y confianza.
En la escena marcada por la fuerte veneración a los triunfadores quienes salvaguardaron el destino y el futuro de la patria y legaron el gran honor de la Corea heroica y pueblo heroico venciendo con rifle al enemigo con arma nuclear, se presentaron “Por la única Patria” y otras canciones alusivas al noble espíritu de la generación triunfadora.
Mientras se interpretaba la canción “Mi vida“, que hace recordar la historia de gran victoria en la guerra, se vieron en la pantalla electrónica de la escena los combatientes revolucionarios antijaponeses y los veteranos de los órganos de fuerzas armadas quienes acumularon proezas imperecederas en la sagrada trayectoria por el fortalecimiento de las fuerzas armadas revolucionarias.
La función llegó al clímax con la poesía en narración “Espíritu de soldados valientes” que situó al grado superior el homenaje a la generación triunfadora que convirtió el flagelo más terrible de la guerra en el honor de la victoria más sagrada.
Conmovió mucho a los espectadores la poesía en narración que refleja el juramento solemne de escribir con sangre y sudor de los continuadores de la revolución la epopeya de victoria del país triunfador en el nuevo siglo abrigando la convicción absoluta de que la victoria será siempre de Corea mientras palpite el gran espíritu heroico de los defensores de la patria de la década de 1950.
Produjeron efusiva ovación las piezas que muestran la voluntad de mantener la idea y régimen, defendidos a precio de sangre por los primeros defensores de la RPDC, y la noble tradición de victoria, y convertir la patria sagrada en la mejor potencia en prosperidad.
En la “Canción del Cuerpo de Voluntarios del Pueblo Chino“, los ejecutantes alabaron los méritos militares de los excelentes hijos del pueblo chino que combatieron junto con el pueblo coreano en la misma trinchera contra la agresión imperialista.
Terminó con “¡Cuenten, fuegos artificiales de la victoria!” y “27 de julio, día de la victoria“, odas a la victoria en la guerra creadas en la época del Partido del Trabajo, la función que centuplicó la decisión del pueblo coreano de hacerse más fuerte y triunfar siempre siguiendo la guía del Secretario General y enarbolando la bandera de autoconfianza y autofortalecimiento por el país próspero y el ejército poderoso, deseados por la primera y segunda generaciones de la revolución, y por el prestigio absoluto de la Corea socialista intocable por ningún enemigo poderoso del mundo.
Se lanzaron de nuevo los fuegos artificiales adornando el cielo nocturno de la fiesta.
El Secretario General apretó cordialmente las manos de los veteranos de guerra expresando la seguridad de que la tradición de victoria y el temperamento de lucha de la gran década servirán de excelente nutrimento para formar a los habitantes y nuevas generaciones como indoblegables combatientes patrióticos y de fuente inagotable de nuevas victorias y milagros.
El acto conmemorativo, que engalanó el aniversario 69 de la gran victoria en la guerra, manifestó la férrea convicción y voluntad de todos los habitantes y militares de desarrollar la patria como país poderoso y próspero del tipo Juche, admirado por todo el mundo, siguiendo la orientación del gran Comité Central del PTC y tomando como fuerza motriz de la revolución la gran victoria en la lucha antiyanqui y antiimperialista, que será eterna en los anales de la patria, y la verdad que enseña el milagro del 27 de Julio.