En julio, los corazones de la nación coreana y de la humanidad se llenan de intenso anhelo por la gran persona.
Cada vez que llega el mes de julio, recuerdan con profunda emoción la sagrada trayectoria del Presidente Kim Il Sung, quien nació como el sol del Juche para abrir la era de la independencia sin precedentes en la historia, y realizó titánicas hazañas en favor de la nación y la humanidad.
El Presidente Kim Il Sung, que emprendió el camino de la revolución en su temprana adolescencia, dedicó todo su empeño a la causa de la independencia del pueblo trabajador y realizó inmensas hazañas que quedarán especialmente registradas en la historia para el halagüeño futuro de la nación y la humanidad.
Con su inusual sabiduría ideológica y teórica abrió una nueva era de la historia en la que los trabajadores forjaron su propio destino de manera independiente, engendrando la inmortal idea Juche, cumbre en la historia del pensamiento humano.
Lanzó la lucha armada antijaponesa en el monte Paektu y aplastó a los agresores imperialistas japoneses para lograr la causa histórica de la liberación nacional, frustró la ambición agresiva de los imperialistas norteamericanos que se jactaban de ser “los más fuertes” del mundo para obtener la victoria histórica en la década de 1950 y construyó una poderosa nación independiente, autosuficiente y autosuficiente en la defensa con su destacada dirección.
Él, que penetró profundamente en la necesidad histórica de la sucesión de la causa revolucionaria Juche con su sagacidad clarividente, dio con éxito la solución perfecta al problema de la sucesión en la dirección. Es la mayor hazaña del Presidente por la que el pueblo coreano ha sido bendecido con ilustres líderes a través de las generaciones.
Dedicó su tiempo y energía a dotar a la nación coreana de un país reunificado y sentó una sólida base para la reunificación de la patria.
El Presidente, que fijó la reunificación de la patria como la tarea suprema de la nación desde el mismo día de la división nacional, presentó las propuestas más justas y razonables, como las tres cartas para la reunificación de la patria. Con su amplitud de miras y su noble personalidad abrazó a todos los compatriotas para conducirlos al movimiento de reunificación independiente.
Kim Il Sung inauguró una nueva era de lucha contra el imperialismo y los EE.UU. con su destacada ideología, su extraordinaria estrategia y táctica para llevar a la victoria la causa humana de la independencia. Concedió un cálido amor a los progresistas del mundo.
En efecto, el Presidente es un gran hombre sin parangón que posee la personalidad y la cualificación de gran hombre al más alto nivel y realizó imperecederos logros en favor del país, la nación, la época, la historia y la humanidad con sus infatigables esfuerzos en todo el curso de su dirección de la RPDC.
Hoy la nación coreana y los progresistas del mundo admiran al Presidente Kim Il Sung como el eterno sol del Juche y elogian los imperecederos logros alcanzados por el Presidente como los más grandes que brillarán a través de todas las épocas.