Bajo la orden especial del Comité Militar Central del PTC, las fuerzas de la rama de sanidad militar del Ejército Popular se ponen al frente de la guerra profiláctica en la capital y cumplen con su honrosa misión y deber como defensores de la felicidad del pueblo.
Los militares desplegados en centenares de farmacias de la ciudad de Pyongyang, prepararon y suministraron a todas las farmacias más de un millón de jeringas, un millón y cientos de miles de sobres de medicamentos, más de 10000 folletos que dan a conocer efectivos remedios tradicionales y “libros de servicio”. Bajo la cooperación con médicos civiles, se encargan no solo del suministro de medicamentos según las recetas, sino también de diagnosis y tratamiento a los pacientes e instalaron en las farmacias equipos de sonidos y los TV para propagar y explicar activamente la justeza y la vitalidad de la política profiláctica del PTC y el Estado y divulgar los conocimientos elementales.
Además, organizaron decenas de grupos móviles para suministrar medicamentos y realizar el tratamiento en las unidades que surgen muchos febricitantes. Y envían a numerosos núcleos familiares alimentos salubres y artículos de uso diario.
Entre ellos se manifestaron los hermosos rasgos de realizar voluntariamente trabajos útiles para el pueblo.
Un militar enviado al barrio Kyongru, municipio Jung de la ciudad de Pyongyang, tomó a tiempo la medida de urgencia para un bebé, lo trasladó sin demora al Hospital Pediátrico Okryu salvando por fin la vida del pequeño. .
A la madrugada del día 21, otro uniformado enviado al municipio Moranbong, encontró a un poblado del barrio Wolhyang caído en la calle y lo envió rápidamente al hospital.
En el estilo de lucha de las fuerzas de la rama de sanidad militar que atienden de todo corazón al pueblo como si fueran sus propios padres y hermanos, los pobladores sienten en su propia carne el cálido amor de los militares.