Ri Jong Hyok, de 30 y pocos años de edad, trabaja en la sección de acupuntura del Hospital Popular del municipio Ryongsong de la ciudad de Pyongyang.
Dedica toda su devoción a la cura de pacientes siempre consciente de que se encarga de la vida del pueblo y su felicidad.
Mientras estaba muy ocupado por el servicio médico, se esforzaba por enriquecer sus conocimientos estudiando sobre los antiguos libros médicos de Corea incluyendo “Tong-ui bogam” y “La teoría médica sobre los cuatro tipos de constitución física y la acupuntura” y la tendencia de desarrollo de la medicina moderna ahondando en los éxitos logrados en la terapéutica.
En ese proceso curó a decenas de enfermos que padecían poliartritis, autismo y esterilidad.
Entre ellos figura Kim Un Ha, su amiga coterránea. Posteriormente, ella se hizo luchadora del Conjunto Deportivo Amnokgang y Jong Hyok se matriculó en el Instituto Superior de Medicina de Pyongyang.
Al terminar su estudio universitario, este se ubicó como médico en el actual hospital. Un día se informó de que Un Ha regresó a casa debido a la paraplejia por la mielitis aguda y la polirradiculitis.
Apenado por su porvenir, él tomó la decisión de curarla fuere lo que fuere. Gracias a su tratamiento persistente, por fin ella se recuperó completamente.
Posteriormente Un Ha se casó con Yong Hyok y dio a luz una hija.
“Al pedirme la mano aunque yo estaba minusválida, él me dijo que tenía por opción más feliz de su vida el ser médico encargado de la salud y la vida del pueblo. Me parece que el momento más alegre y feliz para él es cuando ve a sus pacientes que recuperaron la salud y el vigor” -confesó su esposa.
Sus éxitos obtenidos en la terapéutica y la investigación se convirtieron en decenas de sus disertaciones, las cuales fueron evaluadas altamente en la exposición nacional de éxitos científico-técnicos de la parte de la salud pública y el festival nacional de ciencias y técnicas.