Frente a la crisis sanitaria mundial causada por la COVID-19, la Dirección Central de Profilaxis de Emergencia arrecia la campaña profiláctica exigiendo a todos los sectores y unidades observar la disciplina y orden antiepidémicos, establecidos por el Partido y el Estado.
Los órganos sanitarios instan a los médicos de zona que realicen con responsabilidad chequeos y exámenes médicos sobre los pobladores.
Las instituciones, empresas, fábricas y granjas elevan el papel de los instructores de higiene e intensifican el sistema de responsabilidad por cada metro cuadrado.
Así se establece el hábito social de esterilizar bien los talleres de trabajo, equipos e implementos y balancear el trabajo del día dando enfoque a la labor profiláctica.
En los dominios de transporte, comercio y servicios gastronómicos se observan estrictamente las reglas profilácticas en la desinfección y se presta profunda atención a bloquear hasta el menor espacio de transmisión de la pandemia.
Las direcciones locales de profilaxis emergente intensifican la educación y el control para que los trabajadores y moradores respeten el reglamento y orden establecidos como el lavado de manos, uso de mascarillas y distanciamiento social y avisen a tiempo a los órganos correspondientes los fenómenos anormales manteniendo la tensión y alta vigilancia.
Al mismo tiempo, se adoptan las medidas para prevenir el brote de distintas enfermedades tales como tomar en todo caso el agua hervida en las unidades de vida colectiva.