Discurso del Máximo Dirigente en la ceremonia de construcción de viviendas

Civiles y militares movilizados en la enorgullecedora obra de la construcción capitalina:

Hoy tenemos el honor de colocar otro hito significativo para la historia de la construcción de nuestra capital.

El VIII Congreso del Partido y el segundo pleno de su octavo Comité Central, efectuados a principios del año resolvieron impulsar con vigor la construcción de viviendas en todo el país durante el Plan Quinquenal y a su vez levantar en este período viviendas para cincuenta mil núcleos familiares en la capital, es decir a razón de diez mil al año.

La más dignificante y gloriosa de todas las decisiones importantes y magnas del Congreso da hoy su comienzo espectacular.

Edificar viviendas modernas de tal envergadura en Pyongyang, capital de nuestro grandioso Estado, es un sueño que nuestro Partido viene acariciando y por el que ha hecho preparativos desde hace tiempo con la finalidad de procurarles a los capitalinos un ambiente de vida más estable y culta.

El Partido y el Gobierno averiguaron cuántos núcleos familiares sufren la falta de viviendas y estudiaron a fondo la manera de solucionar este problema, que constituye para ellos el quehacer de capital importancia.

Al aceptar de buena gana esta inmensa tarea como la más honrosa que debe cumplir infaliblemente por muy adversas que sean las condiciones y circunstancias y pasara lo que pasara, el Comité Central del Partido ratificó su proyecto del desarrollo arquitectónico y política de construcción ateniéndose al principio de materializar a cabalidad la primacía de las masas populares.

Con una nueva definición del rumbo y orden de construcción, se dispuso invertir en la construcción de viviendas una parte importante del presupuesto total de la construcción nacional y, partiendo de una planificación y preparación para su puesta en práctica, el Congreso del Partido la reflejó en su política.

Esta gigante obra que proyectan el Partido y el Estado no persigue ningún lucro económico sino que es una labor noble según la cual las riquezas del Estado y el trabajo creador de las masas laboriosas redundarán literalmente en beneficio de los mismos trabajadores.

Si a partir de hoy levantamos cada año viviendas para diez mil núcleos familiares y viviendas para cincuenta mil hasta el 2025 en que se cumple el aniversario 80 de la fundación del Partido, se construirán viviendas para casi setenta mil núcleos familiares, incluidas las para más de 16 mil actualmente en construcción, y el problema de viviendas de los capitalinos se resolverá satisfactoriamente.

Edificarlas en la capital en gran escala y envergadura adquiere una gran connotación también para hacer gala del irresistible espíritu de lucha de nuestro Estado y pueblo que avanzan con brío sobreponiéndose a múltiples dificultades.

Es consabido que ha sido harto difícil decidir la construcción de viviendas para diez mil núcleos familiares en la capital en este año.

De hecho, la construcción de tal envergadura en la actual situación en que los desafíos y obstáculos son mayores como nunca antes es algo desorbitado que va más allá de toda la imaginación.

La construcción de este año se lleva a cabo en una circunstancia completamente diferente a la del comienzo de la construcción del reparto Ryomyong de hace cinco años. Es más: es una obra inmensa que exige trabajar varias veces más que en la anterior en un período muy corto.

Con todo esto, el Partido decidió llevar a cabo incondicionalmente esta importante tarea política del primer año del Plan Quinquenal, vinculada directamente con la vida de los capitalinos y destinada a implementar cabalmente la resolución de su Congreso.

Sentimos un gran orgullo y coraje por emprender la más grande y magnífica obra en el momento más crucial. Además, tenemos la experiencia, los caudales y la confianza en que con toda seguridad podemos cumplir esta titánica tarea.

Los rascacielos y otros edificios altos y singulares que por el momento aparecen solamente en los planos llenarán a fines del año las zonas de Songsin y Songhwa y esto volverá a manifestar plenamente las potencialidades del Estado y la creatividad del pueblo.

En este proceso nuestra arquitectura autóctona dará otro gran salto y desarrollo. Y nosotros que construimos una nueva vida a nuestra manera, con nuestros propios recursos y manos, imprimiremos otro avance gigante en la construcción.

Se introducirán con audacia e innovación las modernas tecnologías y métodos como la arquitectura verde y la construcción en seco, se consolidarán las bases industriales de la producción de equipos y materiales de construcción, y los contingentes de construcción y sus integrantes se volverán más potentes y experimentados.

La magna construcción de hoy adquiere un significado monumental también para la historia de la construcción capitalina.

La que vamos a comenzar a partir de este momento será una obra histórica que consiste en zanjar avenidas grandes, modernas y nuevas ensanchando la capital en dirección al este, oeste y norte.

Si levantamos cada año y de forma sucesiva las viviendas para diez mil núcleos familiares y otros edificios públicos de forma singular en las zonas de Songsin, Songhwa, Sopho, Kumchon y la Avenida 9 de Septiembre, transformaremos nuestra capital con magnificencia y esto será un monumento significativo que representa el segundo decenio del siglo XXI, el más arduo y glorioso.

Los ciudadanos y nuestros descendientes que habitarán las nuevas avenidas que vamos a edificar recordarán por mucho tiempo y como generación heroica a los protagonistas de esta época que van a formar grandes zonas arquitectónicas, dignas de la envidia del mundo, venciendo los mayores retos.

De hecho, la magna construcción de hoy es una obra grandiosa consagrada a registrar para la historia esta época gloriosa.

Compañeros:

La construcción es la suma del elevado espíritu alcanzado por los contemporáneos y del poderío estatal, así como un gigante paso de la civilización y desarrollo.

En la época actual en que avanzamos por el fortalecimiento y la prosperidad enarbolando la consigna de la primacía de nuestro Estado, la obra de construcción de las viviendas capitalinas será el principal frente de ataque que represente la nueva era de ascenso y grandes cambios de la construcción socialista.

Con ella remozaremos una vez más la imagen de la capital y además abriremos una nueva época de avance y dinámica que asegure el desarrollo escalonado de la construcción socialista.

Mientras proyectaba la colosal obra, el Comité Central del Partido prestó atención primordial a formar como poderosas las unidades que desempeñarán el papel protagónico en ella.

A la hora de decidir la construcción capitalina, él contó antes que nada –de esto no cabe la menor duda– con las fuerzas armadas revolucionarias, infinitamente fieles al Partido y al pueblo.

En el desempeño de sus funciones y responsabilidad como defensor de la patria y el pueblo, el Ejército Popular ha sido siempre muy eficiente como benefactor de la población.

Si el Ejército que ha venido realizando proezas heroicas en innumerables obras de construcción y el resarcimiento de las calamidades naturales se convierte en el grueso de la construcción capitalina, se asegura la victoria en toda ella.

Yo conozco al Ejército mejor que nadie.

Estoy convencido de que nuestros militares sabrán responder, con su cabal desempeño e infaliblemente, a la confianza del Partido y el pueblo, al demostrar sin reserva su combatividad en la construcción creativa.

También toman parte en la actual empresa las principales unidades de construcción civiles como el Comité de Construcción Capitalina, la brigada de choque juvenil Batalla de Velocidad, la Dirección de Construcción de Lugares de Interés Histórico-Revolucionario y la Dirección de Construcción en el Extranjero.

El éxito en la obra depende de los directivos y los constructores militares y civiles que son sus encargados directos.

La política y la dirección sobre la construcción de nuestro Partido y Estado se concretan en definitiva por el entusiasmo y el esfuerzo de cada uno de los constructores. Y el Partido confía más que nada en su fervoroso patriotismo y talento.

La misión más importante la asume el sector de diseño.

En la actualidad la construcción de por sí es considerada como una labor altamente creativa y los edificios son cada vez más plásticos, artísticos, multifuncionales e intelectuales, lo cual realza más la importancia del diseño.

El Partido exige que en el diseño cada raya y punto reflejen la ideología, el espíritu y el ímpetu palpitante de la época, así como un elevado ideal y civilización que sean de nivel mundial.

Los funcionarios del sector deben elaborar a la perfección todos los diseños de forma tal que materialicen perfectamente la estética arquitectónica del Partido, según el plan de configuración y diseño de repartos previamente confirmado y dado a conocer, y los entregarán lo antes posible a la parte constructora.

Todas las entidades encargadas de la construcción comenzarán sin demora la obra y cumplirán sin falta el plan por día, semana y mes, para así terminar en lo fundamental el armazón de edificio en lo que va de este primer semestre.

Al asumir como tarea principal elevar la calidad de la obra, todas las unidades y entidades la asegurarán durante todo el proceso de la construcción.

Solo cuando todos los funcionarios y constructores se dispongan siempre a poner a prueba su fidelidad, patriotismo y conciencia ante el Partido, el Estado, el pueblo, la posteridad y la historia, todos los edificios serán al pie de la letra magníficas creaciones de nuestra época.

Es menester elevar el papel de la rama de supervisión de modo que se observen y garanticen estrictamente las políticas de construcción del Partido y el Estado, las exigencias e intereses del pueblo y la seguridad de la arquitectura.

Es preciso suministrar con prioridad y a tiempo los materiales y equipos necesarios a la construcción de viviendas para 10 mil núcleos familiares.

Las fábricas y empresas que se encargan de la producción de cemento, los materiales de hierro, acero y construcción y equipos de todo tipo, movilizarán al máximo el entusiasmo revolucionario y la creatividad de los obreros para cumplir satisfactoriamente y a tiempo sus tareas y de esta manera garantizarán el éxito de la construcción de viviendas en la capital.

También el sector de acarreo como el ferroviario vigorizará la campaña para transportar con celeridad las cargas con destino a las grandes obras de construcción de la capital y las bases de producción de materiales de hierro, acero y de construcción.

Colocarán por encima de todo la labor política y la ofensiva ideológica dirigidas a poner de pleno manifiesto la fidelidad, el patriotismo y la creatividad de los constructores civiles y militares, y lograrán que el ánimo redoblado se perciba en todo el lugar de construcción desde que esta comienza hasta que termina.

Así movilizarán enérgicamente a las masas a la dignificante construcción y convertirán todos los lugares de la construcción capitalina en zonas candentes y revolucionarias y en una magnífica escuela que crean el nuevo espíritu de la época y forman a los audaces ejecutores y vigorosos trabajadores socialistas.

Además, atenderán al máximo la salud y la vida de los constructores militares y civiles.

Habilitarán puestos e instalaciones que respondan a la exigencia del sistema profiláctico de emergencia del Estado, exigirán la estricta observancia de las normas antiepidémicas y harán cuanto esté a su alcance para prevenir todo tipo de accidentes y daños y para que los constructores se dediquen a la construcción sin la menor incomodidad.

No encargarán el abastecimiento de los constructores solamente a las unidades correspondientes, sino reforzarán el sistema estatal de su aseguramiento y se esmerarán para que a cada constructor le toque la cuota que le corresponda.

Compañeros:

Hoy iniciamos la obra, pero unos meses después en esta zona se levantará un nuevo reparto del pueblo, un gran magnifico complejo arquitectónico que enorgullezca a todos nosotros.

Nada es más digno, feliz y honroso que entregarse con sudor y pasión a la construcción de un reparto ideal cuyos moradores serían precisamente nuestro gran pueblo, el mejor del mundo.

Por el futuro de nuestra capital que será más hermosa y magnifica, y por nuestros padres, hermanos e hijos que en ella crearán y disfrutarán a plenitud de la nueva civilización, esforcémonos todos para llevar a feliz término las resoluciones del VIII Congreso del Partido.