La primera viceministra de Relaciones Exteriores de la República Popular Democrática de Corea, Choe Son Hui, hizo pública el día 17 una declaración que sigue:
Desde la segunda decena de febrero, EE.UU. viene intentando el contacto con nuestro país usando varios canales, incluyendo Nueva York.
Recientemente, pidió el contacto enviándonos por diferentes canales correos electrónicos y mensajes telefónicos. Por la noche del día anterior al inicio de los ejercicios conjuntos militares, también remitió, por conducto de un tercer país, un mensaje en que volvió a rogarnos la aceptación de su demanda.
Pero, creemos que es innecesario que aceptemos otra vez la jugada de EE.UU. para ganar tiempo.
Puesto que hemos expuesto la posición de que no habrá ningún contacto ni diálogo entre la RPDC y EE.UU. mientras el segundo no cancele su política hostil a la primera, seguiremos desestimando en el futuro también tal intento de la parte norteamericana.
Para que se abra el diálogo, hace falta crear un ambiente en que ambas partes puedan conversar con igualdad.
Sin embargo, después del cambio del poder en EE.UU., se escuchan en este país sólo el febril rumor de la “amenaza proveniente del Norte de Corea” y la absurda retórica de “desnuclearización completa”.
La Casa Blanca, el Departamento de Estado, el de Tesoro y el de Justicia y otros aseguraron que EE.UU. sigue prestando mucha atención a reprimir al Norte de Corea y está examinando cuál medio va a usar, incluyendo una sanción adicional y el impacto diplomático. Por otra parte, mantienen una postura coercitiva anunciando que convocarán una reunión internacional contra nuestro país, emitirán la “advertencia conjunta” y acusarán a alguien.
Por su parte, la capa militar norteamericana sigue ejerciéndonos discretamente una amenaza militar, perpetra el espionaje movilizando muchas propiedades de reconocimiento e inició públicamente los ejercicios militares conjuntos anti-RPDC, pese a la preocupación y rechazo unánimes de los nacionales y extranjeros.
Me parece que EE.UU. no ha reparado todavía su mal hábito de calumniarnos y acusarnos obstinadamente.
En referencia a las medidas profilácticas tomadas por nuestro Estado, EE.UU. dijo el disparate de que ellas impiden la supuesta “ayuda humanitaria”.
Durante su visita a Japón, el secretario de Estado norteamericano nos irritó al decir que están sometidos a la revisión varios medios de presión o los intransigentes, etc.
Estoy curiosa por saber con cuál sofisma sorprenderá a todo el mundo cuando llegue al Sur de Corea.
Si EE.UU. espera con ansia sentarse a conversar con nuestro país aunque fuera una sola vez, tiene que cambiar su actitud desde el principio corrigiendo su vicio.
Observaremos al nuevo poder de EE.UU. tomando en cuenta caso por caso sus acciones desagradables que cometen desde el comienzo.
Sería mejor que EE.UU. renuncie a su treta barata de aprovechar el contacto bilateral para ganar tiempo y favorecer la opinión pública.
Resultará el malgaste de tiempo si nos sentamos a dialogar con EE.UU. que no está preparado para percibir y aceptar nuevo cambio y nuevo tiempo.
Dejo en claro que no volveremos a darle la oportunidad como las de Singapur y Hanoi.
Asimismo, responderemos con gusto a la jugada de sanción que estime EE.UU.
Sería bueno que EE.UU. medite bien qué es lo que va a hacer nuestro país mientras prosiga la política hostil norteamericana.
Ya hemos declarado evidentemente que trataremos a EE.UU. en el principio de responder a la fuerza con la fuerza y a la buena fe con la buena fe.