Tanchong (pintura con muchos colores) es uno de los patrimonios culturales de la nación coreana.
Desde la antigüedad, los coreanos pintaban los edificios de madera con colorantes minerales para prevenir la corrosión por lluvias y vientos y la carcoma. Ese modo de pintar se ha desarrollado como Tanchong en elementos de decoración arquitectónica.
Se puede ver un fresco de Tanchong en la tumba de la era de Coguryo (277 a.n.e.-668 n.e.) descubierta en la comuna de Susan, lo que comprueba que la nación coreana vino creándolo y desarrollándolo desde la remota antigüedad.
Entre sus modalidades se cuentan Pomtanchong, Morutanchong y Kumtanchong.
El Pabellón Ryongwang en la ciudad de Pyongyang se hizo famoso por su colorido de Tanchong.
En la década de 1950, un pintor de la ex URSS realizó una visita a Corea y estuvo acostado largo tiempo en medio del suelo de ese pabellón quedándose maravillado de los hermosos dibujos de Tanchong.
Hoy día, esa pintura se hizo más refinada conforme a la estética contemporánea y se aplica en las piezas arquitectónicas con matiz nacional.