A todos los miembros del Partido de la capital, Pyongyang
Transmito mis saludos a ustedes que trabajan intensamente como nadie en los preparativos de los actos festivos del aniversario 75 de la fundación del Partido del Trabajo de Corea que se va a celebrar próximamente por todo lo alto y para acoger su histórico VIII Congreso.
En virtud del papel protagónico desempeñado por ustedes que han aceptado con el corazón fervoroso las importantes resoluciones adoptadas por el Comité Central del Partido ante los múltiples retos que atentan contra la seguridad del Estado y la vida del pueblo, y se esfuerzan con abnegación para ponerlas en práctica, Pyongyang, capital de nuestra revolución, mantiene en lo fundamental la calma.
Como todos se habrán dado cuenta por el periódico, la radio y la televisión, las inundaciones y los tifones que últimamente azotaron al país de forma sucesiva, causaron simultáneamente cuantiosos daños en sus distintas regiones y hoy se lleva a cabo una fuerte campaña de restauración encaminada a resarcirlos.
Pero, la reciente embestida del tifón No. 9 volvió a afectarnos, esta vez las provincias Kangwon, Hamgyong del Norte y el Sur, situadas en las costas orientales del país. En particular, en más de diez ciudades y distritos de la provincia de Hamgyong del Sur, entre otras las ciudades de Tanchon y Sinpho y el distrito de Hongwon, anegó y derrumbó viviendas y edificios públicos y dejó sin techo a innumerables personas.
Solo el número de viviendas derrumbadas llega a más de mil.
Según informaciones, es similar el caso de la provincia de Hamgyong del Norte.
Con tensión vigilante observamos cómo a más de miles de ríes (un rí equivale a 0,4 km) la tormenta ascendía en dirección al norte y tomamos cuantas medidas preventivas posibles, pero ni aun así pudimos evitar los graves daños producidos por lluvias y rachas de proporciones imprevisibles.
En este contexto acuciante que no nos permite un segundo de demora, es más, en estos instantes en que numerosas entidades constructoras principales y unidades militares se encuentran emplazadas en zonas afectadas de las provincias de Kangwon y Hwanghae del Norte y el Sur, el Comité Central del Partido ha decidido abrir su corazón precisamente a los miembros del Partido en la capital para discutir el asunto de apoyar enérgicamente la restauración de las provincias de Hamgyong del Norte y el Sur.
Es cierto que estas cuentan con innumerables miembros y organizaciones del Partido y poderosos contingentes obreros, y confiamos en que igualmente están conscientes del propósito del Comité Central del Partido y serán eficientes en la restauración.
Empero, el Comité Central del Partido estima que adquiere mayor connotación que los excelentes militantes capitalinos, destacamento que lo defiende de cerca, sean los abanderados en la reconstrucción de los lugares afectados.
Es un ambiente nacional que todas las regiones del país siempre protejan por todos los medios a la capital que es su corazón. Pero también podría ser nuestro ambiente nacional enorgullecedor que en los momentos difíciles los capitalinos respalden y refuercen con toda sinceridad a los de otras localidades que pasan trabajos.
Los militantes capitalinos son la flor y nata en la que mayor confianza deposita el Partido.
Si ellos laboran duro en los lugares afectados en fiel respuesta a su llamamiento, adquiriremos una inmensa fuerza, incomparable con las pérdidas económicas que la naturaleza nos ha ocasionado con sus calamidades destructivas.
Apenas arriban al lugar desde la lejana capital, infundirán un gran ánimo a sus militantes y otros habitantes. Y mientras juntos vencen las pruebas, con sus ideas y sentimientos harán más monolítica la unidad de todo el Partido.
Este ha sido un año particularmente difícil porque la crisis sanitaria persiste a escala planetaria y se le han sumado catástrofes naturales, pero todo esto lo superamos valerosamente con la fuerza unida del Partido y el pueblo.
Este no es jamás año de siniestros y perjuicios, sino de lucha, avance y unidad en que nos unimos con mayor solidez en medio de un bregar arduo y de una tensión sin parangón.
A lo largo de los últimos 75 años, la bandera de nuestro Partido ha flameado, en los puntos culminantes del triunfo, no al viento y al sol sino por el vigoroso aliento de lealtad y patriotismo de nuestros militantes quienes con aportes excepcionales han sabido responder al llamado de su Comité Central alzándose como montes y arrostrando sin miedo el peligro.
En este momento decisivo y de gran responsabilidad, en que hemos de lograr otra victoria importante que se registre con letras mayúsculas en la historia del Partido y la lucha revolucionaria, a los militantes capitalinos les toca ser abanderados y brigada de choque.
El Comité Central del Partido les insta que con vistas a defender firmemente su aniversario 75 y VIII Congreso, se movilicen y acudan resueltamente a los lugares dañados para su restauración.
Pocos días faltan para el 10 de octubre. El tiempo nos apremia y la situación es crítica. Pero con este pretexto no podemos dejar que numerosos recientes damnificados pasen la fiesta a la intemperie.
El Comité Central del Partido convoca enérgicamente a los militantes capitalinos a que los consuelen solícitamente, extendiéndole la mano preocupada y atenta del Partido y transmitiéndoles el cálido afecto de los capitalinos, y que los socorran con devoción y se empeñen para que superen cuanto antes las adversidades.
Militantes capitalinos:
En la actualidad nuestro Partido debe dirigir todas sus fuerzas precisamente a los campos de batalla para aliviar las incomodidades y las penas de la población damnificada.
Es por eso que el Comité Central ha decidido organizar divisiones élite con sus 12 mil miembros selectos de la capital y despacharlas urgentemente a dichas dos provincias.
Cualquier funcionario y militante de los comités partidistas de la ciudad y los municipios y de las instituciones, fábricas y empresas a niveles de estas dos circunscripciones administrativas, podrá solicitar su ingreso en esos destacamentos sui géneris, con la recomendación de su organización partidista.
Antes de partir, las divisiones se reunirán en la plaza del lugar sagrado donde yacen nuestros grandes Líderes Kim Il Sung y Kim Jong Il para jurar su lealtad a ellos, y esto les proporcionará una gran alegría.
Su tarea principal en los lugares a donde se dirigen es ponerse al frente de los trabajadores jóvenes y militares movilizados en la rehabilitación para ser vanguardias y ejemplos en la materialización de la política del Partido.
Como militantes sobresalientes de la capital darán buenos ejemplos con su vigor desbordante y orden en todos los aspectos de la vida y en cada jornada laboral durante todo el proceso de la rehabilitación.
Les darán a conocer a los damnificados la verdadera intención del Comité Central de procurarles mejores viviendas y condiciones de vida trocándoles la desgracia en suerte, y los ayudarán de corazón para que se incorporen a la reconstrucción llenos de convicción y optimismo.
Bajo ningún concepto causarán inconveniencia a los lugareños ni se darán aires de ayudantes, sino que se portarán con modestia y sinceridad, aprenderán de ellos su modo de vida y fortaleza para vencer dificultades y les enseñarán afablemente las buenas experiencias y los adelantos de técnica y habilidad en la construcción capitalina.
Las divisiones élite se encargarán principalmente de la construcción de viviendas y edificios públicos, y por tanto es preciso organizar unidades directamente subordinadas a ellas con hombres altamente calificados que se especializaron en la construcción durante el servicio militar.
Estas unidades terminarán intachablemente las obras encomendadas a ellas, con avanzados métodos de construcción, alta calificación y un modo de trabajo propio de un maestro que realiza todas las faenas con el sentido de responsabilidad y meticulosidad. Asimismo, asegurarán la calidad de las obras en su conjunto y enseñarán generosamente todas sus avanzadas técnicas a los constructores locales.
También los militantes pertenecientes a los ministerios y organismos centrales, poniéndose en el lugar de los que participan directamente en la rehabilitación, les enviarán a tiempo y con celeridad materiales, equipos y otros insumos necesarios y cumplirán con su cometido como militantes capitalinos.
Los más destacados militantes capitalinos integrarán las divisiones y estas se despacharán para ayudar a los habitantes de las provincias de Hamgyong del Norte y Hamgyong del Sur, pero su salud es lo que más me preocupa.
Aunque se han fogueado y han pasado por las pruebas de la práctica, deben de sentirse agotados y abatidos por el cansancio trabajando día y noche, expuestos a vientos otoñales, en lugares desapacibles arrasados por el siniestro.
Los comandantes administrativos y políticos de las divisiones prestarán esmerada atención y cuidarán afectuosamente la salud y vida de cada uno de sus combatientes para que todos puedan regresar sanos y salvos a sus queridos hogares que habían dejado en Pyongyang tras haber concluido las obras.
Estoy firmemente convencido de que las divisiones élite de militantes capitalinos, organizadas directamente y enviadas por el Comité Central a las provincias de Hamgyong del Norte y el Sur, cosecharán una gran victoria al cumplir su honrosa misión como tropas especiales que defienden firmemente el aniversario 75 de la fundación del Partido del Trabajo de Corea y su VIII Congreso.
¡Por el bien de nuestro gran pueblo,
por nuestra gran unidad monolítica,
por nuestro gran Estado
y por nuestra gran fiesta de octubre,
incorporémonos con valor en la lucha sagrada!
¡Adelante, militantes capitalinos!
En un lugar afectado por el tifón, en la provincia de Hamgyong del Sur
Kim Jong Un
5 de septiembre de 2020